Según datos publicados en el mes de marzo por Eurostat, la Oficina de Estadística de la Unión Europea, la región de Bratislava es la quinta región comunitaria con mayor poder adquisitivo dentro de la UE, tomando en cuenta el Producto Interior Bruto per cápita.
En cifras, el PIB regional de Bratislava representa un tercio del PIB eslovaco y el 188 por ciento del promedio europeo.
La región de Bratislava mejoró su posición de dos puntos porcentuales con respecto al año anterior, sobrepasando la región de Praga, que registró una cifra menor, el 178 por ciento.
Sin embargo, los analistas advierten que al interpretar estos resultados positivos es muy importante considerar tanto los indicadores sobre los que se basa el ranking como el cuadro completo.
El PIB per cápita mide el valor monetario de la producción del territorio, pero sin ponerlo en relación con el tamaño poblacional. Este indicador nada dice sobre los ingresos familiares y el real bienestar, en lo que influyen otros factores.
Los datos muestran también enormes diferencias dentro del país, ya que otras regiones están por debajo del promedio europeo, representando solamente el 75 por ciento de la media comunitaria, con un salario medio que oscila alrededor de 850 euros. Tras su adhesión a la Unión Europea en 2004, el PIB per cápita aumentó en todas las regiones de Eslovaquia, pero no de manera uniforme, ya que las disparidades regionales no sólo han permanecido, sino incluso se han ampliado.
Algunos políticos señalan que debido a este cuadro distorsionado por las estadísticas, Bratislava tiene acceso limitado a los fondos de la UE – para la resolución de problemas como la suburbanización, el transporte o el medio ambiente -, ya que su asignación también se basa en el funcionamiento económico de la región.
Además, el indicador regional del PIB per cápita no toma en consideración la cantidad de personas que habitan en una determinada región y cuántas personas viajan por razones de trabajo dentro de la región. Este es precisamente el caso de Bratislava: a menudo muchas personas de diferentes regiones se trasladan aquí, sin cambiar su residencia permanente.
También las operaciones de las empresas internacionales pueden distorsionar las estadísticas. Si bien operan en todo el país y por lo tanto también en otras regiones, puesto que tienen su sede en Bratislava, los resultados se reportan en esa región. Esto crea la impresión de que el territorio de la capital es muy rico y produce casi el 30 por ciento del PIB de Eslovaquia.
La mayor parte de las ganancias de las empresas multinacionales no permanecen en Eslovaquia: los beneficios de las compañías que tienen su sede también en Bratislava se exportan en forma de dividendos. Así el PIB creado en la región de Bratislava resulta alto, pero los ciudadanos no tienen realmente beneficios y puede crearse una imagen falsa de progreso.
Las estadísticas consideran el PIB regional, pero el método de cálculo no tiene en cuenta las diferencias de precios de los bienes y servicios entre Bratislava y el resto del país. El costo de la vida en Bratislava es más alto, especialmente debido al aumento de algunos servicios y los precios de la vivienda, que se están aproximando al nivel de los países de Europa occidental.
El principal mensaje de las estadísticas de Eurostat sobre las regiones de la UE es que la economía de Eslovaquia sigue siendo extremadamente dependiente de las inversiones extranjeras y del comercio exterior. Los inversores extranjeros continúan aprovechando la mano de obra relativamente barata y la excelente infraestructura de la región.
Para un auténtico desarrollo economico, como subrayan algunos analistas económicos, Eslovaquia debería intentar atraer una producción más sofisticada, que pueda contar con trabajadores cada vez más calificados y por lo tanto mejor remunerados.
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Foto: Archivo BDE, Pixabay
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