“Frente al monumento a las víctimas del comunismo, realmente nos damos cuenta de que el régimen anterior se basó en la violencia organizada por el Estado contra sus ciudadanos. Ésta es la razón por la que la población en noviembre de 1989 rechazó tan enérgicamente la violencia.
Desde entonces, se ha convertido en una tradición para los eslovacos que cualquier demanda masiva de un cambio social fundamental se haya manifestado de forma pacífica y no violenta. Todo esfuerzo sincero por mejorar la cosa pública se ha hecho de manera lícita y pacífica, decente y civilmente. Debemos mantener esa tradición de promoción legal, pacífica y digna de nuestras opiniones, hoy y en el futuro.”
Así lo expresó la presidenta Zuzana Čaputová, rindiendo homenaje a la memoria de las víctimas del régimen comunista en la Puerta de la Libertad de Devín durante la conmemoración del aniversario de la Revolución de Terciopelo que derrocó al régimen comunista en 1989.
Un llamado a la dignidad y el respeto a los valores democráticos que contrasta fuertemente con las protestas callejeras que marcaron el Día de la lucha por la libertad y la democracia.
El 17 de noviembre, varios miles de personas salieron a las calles en Bratislava, a pesar de la prohibición de las concentraciones masivas. Ultras de Slovan Bratislava y grupos de extrema derecha simpatizantes del partido ĽSNS se reunieron frente a la oficina del Gobierno gritando «Eslovaquia a los eslovacos», «Matovič es el virus», «Matovič en la cárcel». Fueron retenidos detrás de barreras protectoras móviles por decenas de policías en equipo antidisturbios, con perros y caballos. Algunos de los manifestantes dispararon cohetes contra la policía, que respondió con el uso de gas lacrimógeno.

Luego, la protesta se trasladó frente al palacio presidencial donde se reunió una multitud de varios miles de personas. En las manifestaciones también participaron algunos políticos, que aprovecharon el aniversario para manifestar su fuerte disconformidad contra las medidas restrictivas anticovid y las pruebas masivas. Se han unido así a la protesta contra el Gobierno algunos políticos que tienen orientación ideológica opuesta, como el ex primer ministro Ján Čarnogurský, conocido por sus posiciones prorrusas, el presidente del Partido Comunista (KSS) Jozef Hrdlička y el líder del ĽSNS Marian Kotleba.
Según informó el periódico Denník N, la policía arrestó al exponente de ĽSNS Andrej Medvecký, golpeado en la cabeza durante enfrentamientos con la policía. Kotleba afirma que Medvecký, quien tiene antecedentes penales por conducir bajo los efectos del alcohol y agredir a un ciudadano de la República Dominicana, fue golpeado frente a su esposa por algunos policías. Simpatizantes del partido de extrema derecha utilizaron el epíteto de «Gestapo» para ellos, mientras que el líder de ĽSNS llamó a Medvecký «un mártir» arrestado sin motivo por la policía.
El ministro del Interior, Roman Mikulec (OĽaNO), negó las acusaciones de Kotleba, afirmando que Medvecký mostró resistencia a un funcionario público y por eso habría sufrido heridas leves, pero que no habría sido golpeado por los policías. Después de ser liberado por la noche, Medvecký participó en la protesta de Kotleba frente al Parlamento, donde algunos manifestantes intentaron ingresar al edificio, pero fueron detenidos por agentes de policía.
El presidente de Smer y ex primer ministro Robert Fico también habló ante una multitud de cientos de personas reunidas frente al Parlamento. «Mis gobiernos nunca han violado la democracia y el Estado de derecho», dijo Fico después de colocar una ofrenda floral en la estatua de Alexander Dubček. El ex primer ministro se disculpó por los errores que «pudo haber cometido durante su mandato y pidió a los manifestantes que mantengan la calma».
También se informó de manifestaciones de protesta más pequeñas en Košice, Prievidza, Žilina y Banská Bystrica. En Trnava, la gente se manifestó frente a la casa del primer ministro Igor Matovič (OĽaNO).
Sin embargo, la conmemoración del 17 de noviembre no solo estuvo marcada por formas violentas de protesta. Arreglos florales con el número 89 se pusieron en las plazas de Bratislava, Banská Bystrica, Košice y en otros lugares de Eslovaquia por iniciativa de la organización no gubernamental Nie v Našom Meste (“No en nuestra ciudad”). «Entendemos quién está desesperado por la situación actual, pero el odio que se propaga en la sociedad eslovaca no es una solución», escribe la ONG en su página de Facebook.
La iniciativa Za slušné Slovensko («Por una Eslovaquia decente») recordó cómo los estudiantes utilizaron flores como respuesta pacífica a las porras policiales en 1989, cuando «la decencia superó el poder engañoso de la opresión». Pero las flores también nos recuerdan la fragilidad de la libertad y la democracia que hay que proteger todos los días ”.
Pellegrini: «nos hemos convertido en el laboratorio del experimento de un político inmaduro»
El ex número dos de Smer y ex primer ministro Peter Pellegrini – cuyo nuevo partido ocupa actualmente el primer lugar en los sondeos – escribió hoy en Facebook que “las tensiones están aumentando en la sociedad y el Gobierno, en vez de comunicarse correctamente y buscar un acuerdo social, es arrogante y ofende a la gente. La desconfianza en el Estado aumenta y el caos se extiende».
Pellegrini lanza un llamado al cambio a través de una petición popular en línea para pedir la aprobación de una nueva ley que permita elecciones parlamentarias anticipadas en 2021. Lo que le preocupa es la creciente radicalización de la sociedad eslovaca, con la aparición de peligrosos extremismos y el riesgo de un cambio autoritario en el país.
Pellegrini observa cómo «medidas económicas insuficientes», resultado de la «improvisación política egocéntrica del primer ministro» están amenazando la calidad de vida al crear un «cóctel social emocional que puede estallar inesperadamente y en cualquier lugar de Eslovaquia».
La confusión y el caos juegan un rol peligroso, alimentando el impulso a la rebelión y la protesta a pesar de todas las prohibiciones y medidas restrictivas del Gobierno, agrega el ex primer ministro. Tal situación socava la confianza de la gente en el Estado, mientras que «el Gobierno está fallando en todos los ámbitos», ya que no intenta tranquilizar a los ciudadanos ni buscar acuerdos sociales, sino que utiliza herramientas de poder que crean «la atmósfera de un campo militar”, y destruyen “de manera sigilosa” los pilares del Estado democrático. Los que no aceptan las reglas impuestas de manera confusa son castigados, dice Pellegrini.
Detrás de las prohibiciones a las concentraciones masivas y el derecho de los ciudadanos a expresar su opinión de manera civil y pacífica, añade el ex primer ministro, hay algo sumamente peligroso: la ruptura del diálogo social y la imposición del silencio, la clausura de los ciudadanos y la emisión de órdenes y reglas «a través de interminables ruedas de prensa que se asemejan al espectáculo de un solo hombre»… Nos hemos convertido en el laboratorio político del experimento de un político inmaduro. Obedecer y no oponerse es un imperativo hoy.
El caos que se está extendiendo por todo el país, según Pellegrini, podría preparar el terreno fértil para la arbitrariedad política y la desintegración de la democracia.
Matovič: «nos robaron la herencia del 17 de noviembre»
El primer ministro no menciona nombres en el post publicado en Facebook, pero la alusión a las protestas callejeras impulsadas por una extrema derecha «intolerante y racista» es clara.
En cuanto a las acusaciones contra el Gobierno por las medidas restrictivas adoptadas, Matovič rechaza la idea de «libertad absoluta» de quienes no se preocupan de la protección de la salud y la vida de los ancianos y los enfermos.
En su opinión, el esfuerzo del Estado para proteger a estas personas durante la pandemia no puede considerarse una «interferencia con los derechos constitucionales» de los ciudadanos. El primer ministro argumenta que es necesario «entender que la libertad sin responsabilidad es sólo una ilusión de libertad» y «conduce a la anarquía».
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Foto Fb: Za slušné Slovensko
Zuzana Čaputová
Robert Fico
NIE V NAŠOM MEST
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