En los próximos días veremos las caras de una emperatriz, un científico e un Papa en el fondo del castillo, el UFO y el campanario de San Martino.
María Teresa de Austria, Albert Einstein y Juan Pablo II fueron elegidos como «históricos testimonios» de la nueva campaña de turismo de la ciudad de Bratislava, promovida por la Oficina de Turismo en las principales estaciones de metro, tren y autobús y aeropuertos tanto de los países vecinos, como de Alemania y Reino Unido.
Tres personajes vinculados de alguna manera a la historia de la capital eslovaca.
El día 25 de junio de 1741 Maria Teresa de Austria fue coronada Reína de Hungría en la catedral de San Martino, y como todos los soberanos coronados en Bratislava, después de la ceremonia recorrió con la procesión real las calles del casco antiguo dentro de las murallas.
La primera parada fue en la Iglesia de San Francisco, donde ocurrían los nombramientos de los Caballeros de la Orden de la Espuela de Oro. Luego el juramento delante de la comunidad ciudadana y el compromiso de respetar los privilegios reales de la ciudad. Por último Maria Teresa cabalgó hacia la «colina de la coronación.» Aquí hizo girar su espada en todas las direcciones, comprometiéndose a proteger al país de enemigos. En las calles de Bratislava fue un día, y una noche, de gran fiesta con abundantes libaciones e un espectáculo final de fuegos artificiales. Maria Teresa de Habsburgo amaba alojarse en el castillo y quiso transformarlo de una fortaleza sombría en una magnífica residencia real.
Albert Einstein visitó Bratislava el 17 de agosto 1923 y fue huésped en el histórico Hotel Carlton en Hviezdoslavovo námestie, donde se dice que disfrutó de los vinos blancos locales.
Un fuerte vínculo existe entre Bratislava y el Papa Juan Pablo II, quien realizó tres visitas en 1990, 1995 y 2003.
En Eslovaquia, el Papa quiso redefinir la estructura territorial de la Iglesia Católica, beatíficó al obispo Vasil’Hopko y la monja Zdenka Schelingová, dos figuras perseguidas por el régimen comunista que dan testimonio del valor de la resistencia pacífica de los creyentes. Pero sobre todo… el abrazo de la multitud, millones de católicos eslovacos, para los que Juan Pablo II no sólo era la máxima autoridad religiosa, sino un firme defensor de la centralidad de la figura humana y, en esto, inspirador profundo de la «revolución de terciopelo».
Con estas tres figuras históricas Bratislava no sólo promoverá el patrimonio cultural de su pasado, sino también la proyección hacia un “futuro inteligente” y tecnológico.
Más de 1,2 millones de turistas visitaron Bratislava el año pasado, con un incremento de más del 15% en comparación con 2015.
Las autoridades de la ciudad tienen la intención de mantener estas cifras, gracias a una fuerte promoción turística, inversiones para la restauración de monumentos y el mantenimiento de la ciudad, y eventos culturales como la anual ceremonia histórica de la coronación, las exposiciones, los conciertos y las noches blancas.
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Johann Daniel Herz (Public Domain)
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