El puesto 84 en el Índice Smart City 2019 que ha evaluado 102 ciudades en todo el mundo no parece ser un gran resultado para la capital de Eslovaquia, que durante años ha estado tratando de transformarse en una “ciudad inteligente” reconocida a nivel mundial. Y esto, hoy en día, se considera un elemento fundamental para atraer inversiones y talentos y crear un potencial «ciclo virtuoso».
El Índice, desarrollado por el observatorio Smart City del International Institute for Management Development (IMD) en colaboración con la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur (SUTD), se basa en la percepción que los residentes tienen de la ciudad. Hay que decir que las preocupaciones y aspiraciones de los ciudadanos varían ampliamente dependiendo de la cultura y los entornos socioeconómicos.
El Índice se centra en cinco áreas temáticas: salud y seguridad, movilidad, actividades, oportunidades (trabajo y educación) y administración de la ciudad. En particular, la encuesta evalúa los esfuerzos por hacer que las ciudades sean «inteligentes» y crear el equilibrio adecuado entre los «aspectos económicos y tecnológicos» y la «dimensión humana».
Según el Índice, un importante obstáculo para el desarrollo y el crecimiento de las ciudades inteligentes es la brecha existente entre las prioridades de las autoridades municipales y las de sus ciudadanos. A menudo, los servicios avanzados en línea están realmente disponibles para los ciudadanos solo teóricamente, siendo demasiado complicados o poco publicitados.
Las 10 ciudades más «inteligentes» en 2019 son Singapur, Zúrich, Oslo, Ginebra, Copenhague, Auckland, Ciudad de Taipei, Helsinki, Bilbao y Dusseldorf.
Bratislava sofocada por el tráfico…
Los residentes de Bratislava han expresado sus críticas particularmente sobre la salud, el transporte y el entorno urbano. Los servicios de salud de baja calidad, la limpieza deficiente en los distritos más pobres de la ciudad, el tráfico excesivo y la escasa eficiencia de la red de transporte urbano, así como la falta de espacios verdes se consideran los elementos críticos de la capital de Eslovaquia.
Por el contrario, la accesibilidad a buenas escuelas, la creación de empleo, la seguridad pública y la calidad del aire, en cambio, han sido evaluados de manera más positiva.
Dentro del Grupo de Visegrado, Bratislava y Budapest obtuvieron el peor resultado: la capital de Hungría ocupa el puesto 83, mientras que Varsovia se ubica en el lugar 61 y Praga destaca por encima de todas alcanzando el puesto 19.
El sueño de la «ciudad inteligente»
¿Cuáles son las inversiones de la administración municipal para alentar la transformación de la ciudad en una verdadera «ciudad inteligente»?
Con respecto al desarrollo de la movilidad urbana «sostenible», Bratislava ha puesto en marcha un plan integral para la integración del sistema de transporte público (que también requiere una profunda reestructuración), con la red de carreteras, los senderos peatonales y las ciclovías. El plan también incluye una política de estacionamiento efectiva y la reducción del tráfico de automóviles, así como medidas específicas para la protección del parque forestal de Bratislava y el aumento de las áreas verdes urbanas.
Por lo tanto, los proyectos encaminados a mejorar y modernizar las infraestructuras continúan, pero pasarán varios años antes de que su realización pueda afectar realmente la calidad de vida de los ciudadanos.
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