El domingo 22 de septiembre más de 50.000 personas provenientes de varias regiones de Eslovaquia se reunieron en el centro de Bratislava para participar en la tercera edición de la “Marcha Nacional por la Vida”.
La iniciativa ha sido llevada a cabo por algunas organizaciones cívicas con el apoyo de la Conferencia Episcopal Eslovaca, del Partido Nacional Eslovaco (SNS), OĽaNO, Sme Rodina y el Movimiento Cristiano Democrático KDH.
El objetivo de la manifestación era apoyar la protección de la vida humana “desde la concepción hasta la muerte natural”. «Un ser humano es un ser humano independientemente de cuan grande sea», y «Quién mate a un niño no nacido mata al futuro de la nación», son algunos de los eslogan exhibidos por los manifestantes.
Católicos, conservadores y extrema derecha piden la aprobación de una ley más estricta en materia de aborto y quieren introducir cambios legislativos, para restringir la posibilidad de recurrir al aborto solo en las primeras seis semanas.
En Eslovaquia se permite el aborto hasta la duodécima semana de embarazo y hasta la 24 en caso terapéutico. Se trata de una ley relativamente liberal en comparación con otros países del Europa del este, en particular respecto a Polonia, donde la interrupción de la gestación se autoriza solo en caso de violación.
El número de abortos en Eslovaquia en una década se redujo a casi la mitad, de 11 mil al año a 6 mil en 2018.
En el país hay organizaciones que prestan atención y ofrecen ayuda concreta a las mujeres que se encuentren en una dificil situación económica y social para prevenir un posible aborto. Según los coordinadores de la marcha, es necesario obtener un mayor apoyo del Estado para esas organizaciones.
La manifestacion se celebró sin incidentes, aunque simpatizantes del Partido Popular Nuestra Eslovaquia de extrema derecha de Marian Kotleba no respetaron la apelación de los organizadores a que no se aprovechara el evento para hacer propaganda política. Precisamente el partido de Kotleba ha presentado nuevamente una enmienda en el Parlamento para limitar la interrupción del embarazo a casos especiales (peligro para la vida de la mujer, a consecuencia de violación sexual o defectos genéticos del feto) y dentro de las primeras seis u ocho semanas de embarazo.
La coalición de gobierno considera que la ley es adecuada, pero está dispuesta a dar libertad para votar en conciencia sobre eventuales enmiendas relacionadas con ese tema.
En opinión de la presidenta Zuzana Čaputová, es necesario fortalecer las actividades de prevención, tratando de ayudar más a las mujeres que se encuentren en condiciones difíciles.
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Foto: Národný pochod za život (Fb)
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