El viernes 30 de agosto, la presidenta de la República eslovaca Zuzana Čaputová realizó una visita oficial a Viena, donde fue recibida por su homólogo austríaco, Alexander Van der Bellen.
Una visita con un profundo significado simbólico, enfatizó Čaputová, recordando cómo, durante el difícil período del totalitarismo comunista, Austria representó para los eslovacos un faro de esperanza, la prueba de la existencia de un mundo libre más allá del telón de acero, «Aunque no pudimos tocarlo debido al alambre de púas».
La presidenta agradeció a Austria «por abrir sus fronteras a nuestros ciudadanos, lo que también ha contribuido significativamente a la caída de la Cortina de Hierro y al retorno a la libertad y la democracia en nuestra parte de Europa».
Čaputová y Van der Bellen comparten una política basada en valores morales, la defensa de la libertad, la democracia y la justicia, lo que ofrece a los ciudadanos una alternativa a la intolerancia desenfrenada, el populismo y el extremismo.
«Hoy nuestros pueblos están conectados por mucho más que una frontera», dijo la presidenta eslovaca. «Somos los países europeos más integrados en nuestra región. Nuestras relaciones bilaterales también son las mejores desde su establecimiento, gracias a nuestra adhesión a la Unión Europea. Y no se trata solo de palabras, sino de una serie de proyectos concretos relacionados con la infraestructura, la cultura, la educación y la cooperación económica, muy intensa. Hoy, las empresas austriacas emplean a más de 45.000 personas en Eslovaquia. Y miles de eslovacos han encontrado trabajo en Austria».
Čaputová hizo encapié en la «alianza natural entre los dos países», basada en el interés común en la profundización y el fortalecimiento necesario de la Unión Europea, especialmente en un momento en el que surgen nuevas divisiones.
También en la protección del medio ambiente existe un acuerdo total entre Austria y Eslovaquia, los únicos países de toda la región que tomaron medidas concretas para garantizar un futuro sin emisiones de carbono para 2050. Čaputová y Van der Bellen acordaron desarrollar aún más la cooperación, también a nivel personal, en la lucha contra la crisis climática.
La construcción de una economía moderna y respetuosa con el clima no requerirá simples cambios tecnológicos, industriales y energéticos, agregó Čaputová, sino un enorme esfuerzo para «mitigar el impacto social en nuestra gente» y «fortalecer la estabilidad social para todos los ciudadanos de la UE, independientemente del Estado miembro en el que trabajen».
Dichas medidas constituyen una respuesta efectiva incluso al aumento actual del populismo y el extremismo en Europa, dijo la presidenta eslovaca.
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Foto: Zuzana Čaputová (Fb)
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