La situación en Eslovaquia es extremadamente grave, dijo la presidenta Zuzana Čaputová tras reunirse con científicos de la Unidad central de crisis y expertos de la iniciativa Veda pomáha («la Ciencia ayuda»).
A la reunión asistieron, entre otros, el virólogo Boris Klempa de la Academia Eslovaca de Ciencias, la infectóloga Alena Koščálová del Hospital Universitario de Bratislava, el bioquímico Pavol Čekan de MultiplexDX, Alexandra Bražinová del Instituto de Epidemiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Comenius de Bratislava y Peter Visolajský del Hospital Universitario de Nitra.
«Actualmente ocupamos el primer lugar en el número de muertes por COVID-19 por millón de habitantes”, dijo la presidenta, quien atribuye el aumento de contagios al retraso en la introducción de un bloqueo estricto.
Čaputová subraya la necesidad de escuchar la voz de la ciencia porque “la pandemia es un tema exclusivamente científico y no político”. Por eso, insta al Gobierno a tomar las medidas más adecuadas, sin perder tiempo en “experimentos”, ya que la presión sobre los hospitales sigue en aumento.
No existe una medida milagrosa, pero hay medidas que pueden ayudar a contener la propagación del coronavirus, en el marco de un sistema de monitoreo constantemente actualizado: la gestión eficaz de la crisis, el rastreo y el monitoreo constante de los contactos, la realización de pruebas de PCR más asequibles, el control exhaustivo del respeto de la cuarentena, la evaluación de los datos adquiridos sobre las nuevas cepas del virus, la comunicación eficiente con los ciudadanos y la protección de las fronteras contra las mutaciones del virus más peligrosas.
La presidenta, además, señaló el riesgo que las pruebas masivas tengan un efecto psicológico negativo sobre la gente”, ya que muchas personas a menudo perciben el certificado de la prueba con resultado negativo como un certificado de buena salud.
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Foto: Zuzana Čaputová (Fb)
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