La presidenta Zuzana Čaputová y el primer ministro Eduard Heger recordaron a la monarca británica, quien falleció el 8 de septiembre a los 96 años, y destacaron el legado incomparable de liderazgo y servicio que deja tras décadas de reinado.
«Una mujer fuerte, una madre, una mujer de Estado ha muerto, pero su historia sigue siendo una fuente de inspiración en muchos sentidos», escribió Caputova en su página de Facebook. “Representó la estabilidad pacífica durante los largos años de su reinado. Su fallecimiento es el fin de toda una era”.
La Presidenta conoció personalmente a la reina Isabel durante la recepción de la Cumbre de la OTAN en Londres, quedando impresionada por el carisma que emanaba y la tranquilidad que sabía transmitir.
También recordó la visita de la soberana británica a Eslovaquia en 2008. Eran días lluviosos, pero Elisabetta logró iluminarlos con su energía y curiosidad, su deseo de conocer el país. Visitó el castillo de Devín, tomó el teleférico para ir a la estación de esquí de Hrebienok en los Altos Tatra, admiró el altar del maestro Paul en Spišská Sobota y lanzó el primer disco ceremonial de un partido de hockey en Poprad.
Isabel II «siempre supo y quiso ser contemporánea», escribió la Presidenta. Incluso en los momentos más difíciles, ella fue la fuerza a la que aferrarse. Enfrentó los tiempos difíciles de la Segunda Guerra Mundial ayudando a los soldados británicos, y los años de la Guerra Fría, en los que asumió la corona. Fue una reina emancipada que dedicó toda su vida al servicio de los británicos y de la Commonwealth británica, cumpliendo sus deberes de Estado hasta casi el último día de su vida, a pesar de su cada vez más evidente fragilidad.
“Con la desaparición de Isabel II finaliza toda una fase de la historia humana”, escribió el primer ministro Eduard Heger en las redes sociales. Trabajó incansable y constantemente por su país todos los días y por ello “merece un inmenso aprecio, admiración y agradecimiento”. Heger enfatizó la valentía de la joven princesa durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la familia real permaneció en Londres para ayudar a los ciudadanos. Isabel se desempeñó como conductora y mecánica del Servicio Territorial Auxiliar.
“La forma en que gobernó su país y enfrentó los momentos difíciles de su vida personal y pública es una inspiración para todos nosotros. Siempre ha tenido fuerza y dignidad. Incluso cuando enterró a su amado esposo, el príncipe Felipe. Porque Isabel II no fue solo una reina, fue una esposa y una madre”, subrayó Heger.
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Foto: WikiImages CC0
National Portrait Gallery, London
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