Condiciones comerciales más fáciles, legislación más aceptable, impuestos más bajos, mejor sistema judicial, menos corrupción, menores costos, mayor demanda.
Estas son las razones por las que un total de 2.389 empresas en 2017 dejó Eslovaquia para reubicarse en otros países europeos.
Las empresas abandonaron principalmente la región de Bratislava (1009 compañías), Nitra (344 compañías), Prešov y Trenčin (94 compañías). En mayoría trasladaron su sede social a Hungría (622 compañías), República Checa (514 compañías) y Bulgaria (129 compañías), según datos publicados por la empresa consultora sueca Bisnode, especializada en informaciones comerciales.
Una quinta parte de las empresas que decidieron cambiar su sede en 2017 se encuentran en los sectores mayorista y minorista (506 empresas), actividades científicas y tecnológicas (435 empresas), administración y actividades de apoyo (412 empresas).
La reubicación en el triángulo citado ofrece una serie de ventajas a las empresas, además de la cercanía. En Hungría y Bulgaria la carga fiscal resulta ser más baja que en Eslovaquia. Mientras el impuesto sobre la renta que pagan los empresarios es de 21% en Eslovaquia, la carga impositiva es más baja en Hungría (9 por ciento) y Bulgaria (10 por ciento).
En cuanto a la República Checa, el país se caracteriza por una economía sana, en constante crecimiento y abierta al comercio exterior, sin olvidar la ausencia de barreras idiomáticas para los empresarios eslovacos.
Entre los países elegidos para la reubicación de las empresas hay también Rumania y Polonia, por sus menores costos laborales.
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Foto: Pixabay CC0
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