La Comisión Europea (CE) publicó recientemente un informe que evalúa el progreso de Eslovaquia en reformas estructurales y la prevención y corrección de los desequilibrios macroeconómicos.
El documento indica que Eslovaquia se caracteriza por un crecimiento significativo en los últimos años y por importantes reformas y cambios estructurales que han permitido al país acercarse al nivel medio de la UE.
Sin embargo, Eslovaquia ha realizado progresos limitados en 2019 en diversas áreas, como la eficiencia del sistema de justicia y la contratación pública, la sostenibilidad fiscal a largo plazo del sistema de salud y pensiones, la mejora de la calidad de la educación y la inclusión social, así como la lucha contra la corrupción.
Las estrategias y reformas aprobadas por el gobierno a menudo parecen eficaces sobre el papel, pero su implementación continúa siendo lenta, a pesar de las medidas adoptadas para la simplificación burocrática. Sin mencionar que los procedimientos largos en la contratación pública comprometen el uso completo y adecuado de los fondos europeos.
Eslovaquia continúa mostrando una brecha persistente en comparación con el promedio de la UE en la productividad laboral. El modelo basado en salarios bajos que atrae la inversión extranjera directa pronto dejará de ser válido.
El rápido aumento de los costes laborales corre el riesgo de afectar negativamente la competitividad en ausencia de inversiones estratégicas en innovación y desarrollo de mejores habilidades.
El entorno empresarial es evaluado cada vez menos positivamente tanto por los empresarios locales como en las clasificaciones internacionales también por la poca previsibilidad de los cambios regulatorios, que a menudo obstaculizan las políticas corporativas de inversión.
Después de un período de fuerte expansión económica, Eslovaquia está experimentando un crecimiento más lento, pasando del 4,0% en 2018 al 2,3% en 2019, una tendencia que continuará también este año y el próximo. Este crecimiento será apoyado por el consumo interno, a su vez favorecido por la baja tasa de desempleo y el aumento de los salarios. Los expertos predicen una recuperación en el comercio después de un período de desaceleración causado por una demanda más débil y cambios en la producción en el sector automotriz, el pilar fundamental de la economía eslovaca.
Las oportunidades de elevar el crecimiento en Eslovaquia dependen de una economía más sostenible y de alto valor agregado, pero con algunos factores de riesgo para la estabilidad fiscal asociados con el envejecimiento de la población, el cambio climático y la necesidad de una rápida transformación digital.
Uno de los riesgos más graves para la estabilidad financiera es también la creciente deuda de los hogares, que alcanzó el nivel récord del 42,8% del PIB en el segundo trimestre de 2019, debido al aumento de los precios de la vivienda y, en consecuencia, de los préstamos hipotecarios. Los precios de los inmuebles continúan aumentando más rápido que los ingresos de los hogares, lo que reduce la posibilidad de comprar una vivienda.
El informe de la CE sugiere la adopción de medidas más efectivas para aumentar la oferta de viviendas y desarrollar el mercado de alquileres y viviendas populares, a fin de reducir el aumento desproporcionado de los precios en el sector inmobiliario.
La Comisión Europea destaca que mantener los niveles de crecimiento económico requerirá reformas estructurales más pronunciadas e inversiones específicas en infraestructura, investigación e innovación. Si Eslovaquia tiene la intención de salvaguardar su competitividad y aumentar la cadena de valor, tendrá que mejorar la calidad e inclusión del sistema de educación y formación, reducir las disparidades regionales, romper el ciclo de pobreza que aún afecta a la comunidad romaní y modernizar los servicios de la administración pública.
Además, la creación de un sistema de transporte moderno y la explotación inteligente de la energía contribuirán a un desarrollo económico más sostenible.
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Foto: Pixabay CC0
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