Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020: Eslovaquia ocupa el lugar 33

En la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada por Reporteros sin Fronteras (RSF), Eslovaquia ocupa la posición 33, ganando dos puestos en compáracion con el año pasado.
El estudio pone de relieve los resultados de la investigación sobre el asesinato del periodista Ján Kuciak y su pareja, que reveló la estrecha relación que existía entre el hombre de negocios Marián Kočner, acusado de ser el autor intelectual del crimen,  y altos funcionarios del gobierno eslovaco, jueces y el ex fiscal general. Kočner, utilizando datos personales obtenidos de las bases de datos de la policía, habría ordenado que se vigilara a más de treinta periodistas. Además, el estudio destaca que “el ex Primer Ministro, Robert Fico, y su compañero del Partido Dirección-Socialdemocracia (Smer-SD), Luboš Blaha, suelen agredir verbalmente a los periodistas, una retórica antiprensa – también empleada por otros políticos – lo que es difundida por ciertos medios de comunicación, sobre todo, por sitios web que publican noticias falsas. Los medios de comunicación eslovacos que pertenecían a grandes grupos de prensa internacionales han caído en manos de oligarcas locales. En 2019 el principal canal de televisión de Eslovaquia, Markiza, fue adquirido por un grupo que pertenece a uno de los empresarios más ricos de la República Checa, Petr Kellner. La independencia de la Radio y Televisión de Eslovaquia (RTVS, pública) se puso en duda después de que decenas de periodistas renunciaron, tras la llegada de una nueva dirección cercana al Partido Nacional Eslovaco (SNS). Desde entonces, la redacción está conformada por jóvenes periodistas, menos experimentados, muchos de los cuales apoyan a Andrej Danko, presidente del SNS.”

La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, publicada cada año por Reporteros sin Fronteras (RSF) desde 2002, es una lista de 180 países y regiones establecida con base en el grado de libertad del que gozan los periodistas. Lo que se evalúa no es la calidad de la producción periodística de un país o de una región, sino la situación de la libertad de prensa, el pluralismo, la independencia de los medios de comunicación, la calidad del marco legal y la seguridad de los periodistas.
El Indice ha sido realizado mediante un cuestionario en línea traducido en 20 idiomas, enviado a profesionales de los medios de comunicación, abogados y sociólogos. Las respuestas de los expertos seleccionados por RSF, aunadas a los registros sobre los ataques y las agresiones cometidos contra periodistas y medios de comunicación en el periodo examinado, permiten obtener una puntuación. Este indicador cuantitativo, desarrollado gracias a una red de corresponsales presente en 130 países, permite ponderar el análisis cualitativo de la situación del país, como la describen los expertos en el cuestionario.

La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa por cuarto año consecutivo sitúa a Noruega como el mejor país para el ejercicio del periodismo y el respeto del derecho a la información, mientras que Corea del Norte aparece como el peor.
España se ubica siempre en la posición 29, tras el grave deterioro de la libertad de información y la “cruzada contra los medios de comunicación” del año pasado.
Según el estudio, existe una “clara correlación” entre la clasificación de un país en el índice y la represión de la libertad de prensa registrada durante la pandemia del coronavirus.
China e Irán, que ocupan el puesto 177 y 173, respectivamente, censuraron sus brotes de coronavirus, mientras que las autoridades de Irak (162) le quitaron la licencia de trabajo a la agencia de noticias Reuters durante tres meses debido a la publicación de un artículo que cuestionaba las cifras oficiales de contagios y muertos. En Hungría (89), el primer ministro Viktor Orbán hizo aprobar una ley especial que prevé penas de hasta cinco años de cárcel para los medios de comunicación que publican información falsa.

Según el secretario general de RSF, Christophe Deloire, los próximos diez años serán cruciales para la libertad de prensa en todo el mundo debido a cinco factores simultáneos de crisis que afectan al futuro del periodismo: la agresividad de los regímenes autoritarios, la falta de garantías democráticas, la polarización de la sociedad y las políticas represivas, la sospecha e incluso el odio hacia los medios de comunicación y la falta de un periodismo de calidad.
En esta situación, la pandemia de coronavirus constituye un factor negativo adicional que puede amenazar seriamente el derecho al pluralismo informativo y a una información libre, independiente y fiable.
“Los Gobiernos autoritarios ven en la crisis sanitaria la oportunidad de aplicar la famosa doctrina del shock: aprovechar la interrupción de la vida política, la consternación de la población y el debilitamiento de los movimientos sociales, para imponer medidas que sería imposible adoptar en condiciones normales”, ha subrayado Deloire. En su opinión, es necesario que la gente de bien se movilice «para que el periodismo pueda cumplir la función esencial de ser un testigo solvente para las sociedades”.

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Foto: Pixabay CC0
Christophe Deloire (Fb)

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