Eslovaquia ha logrado buenos resultados en términos de crecimiento económico y reducción de la tasa de desempleo. «El extraordinario desarrollo económico» del país desde 2004, el año de la adhesión a la UE, «ha sentado las bases para un mayor crecimiento futuro».
Este es el dato positivo que surge del «Country report 2019”, el informe anual elaborado por la Comisión Europea. Las medidas tomadas para fortalecer las finanzas públicas han ayudado a crear estabilidad y las premisas necesarias para una ulterior modernización. El proyecto Value for Money, puesto en marcha por el Ministerio de Finanzas en 2016 para mejorar la eficiencia del gasto público y contribuir a un presupuesto equilibrado, constituye un modelo de política exitoso.
Según el informe de la Comisión Europea, se ha registrado una mejora en los ingresos fiscales, pero a un ritmo lento, mientras que la brecha entre los ingresos del IVA previstos y los realmente recaudados por el Estado sigue siendo una de las más altas dentro de la UE.
Todavía existen diferencias regionales y el país se queda por detrás de la media de la UE en varios campos necesarios para su mayor crecimiento. Muchas deficiencias persisten en algunos aspectos del mercado laboral, la infraestructura y la transparencia en la administración pública que aún limitan la productividad potencial del país.
Eslovaquia necesita una combinación de reformas estructurales e inversiones estratégicas para cambiar su modelo económico, hasta ahora basado en salarios bajos y una estrategia dirigida a atraer inversión extranjera directa.
Según los analistas, las perspectivas de crecimiento económico son buenas, siempre que el país adopte medidas para mejorar la calidad de las instituciones públicas y la educación, la capacitación de los trabajadores, aprovechando las oportunidades de innovación digital ofrecidas por la industria 4.0, e invierta más en los sectores de la ciencia y la investigación.
Los cambios en el mercado laboral requieren la implementación efectiva de nuevas políticas más efectivas, un área en la que el gasto público de Eslovaquia resulta ser entre los más bajos de la UE. La tasa de desempleo a largo plazo sigue siendo muy alta y la integración de los romaníes en el mercado laboral parece ser deficiente, a pesar de la implementación de un plan de acción específico en noviembre de 2016.
La reforma de la administración pública resulta ser un proceso lento: la Comisión Europea elogia la simplificación regulatoria de la contratación pública, pero no ha evaluado positivamente la calidad y la eficiencia de las instituciones públicas en Eslovaquia. El sistema judicial muestra signos de mejora, pero persisten las dudas sobre su eficacia, calidad e independencia.
Varios indicadores internacionales muestran que Eslovaquia se encuentra entre los peores países de la UE en términos de corrupción, y la percepción de que el fenómeno está generalizado sigue siendo muy alta entre los ciudadanos (45 por ciento).
En este sentido, a finales de 2018, el gobierno presentó un nuevo plan de acción anticorrupción para el período 2019-2023, basado en medidas preventivas y la promoción de una «cultura de integridad» en todos los niveles: sector público, sociedad civil y mundo empresarial.
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Foto: BDE ©, Pixabay CC0
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