La nueva política económica del presidente americano Donald Trump podría tener repercusiones en la planta productora de acero de Košice, propiedad de la compañía U.S. Steel.
La compañía, que emplea a más de 10.000 personas en su fábrica y 2.000 indirectamente a través de sub-proveedores, podría verse inducida a vender. Entre las causas hay el bajo coste del acero importado de China a Europa y las nuevas medidas económicas previstas por parte de la administración Trump. Para inducir a los inversionistas estadounidenses a regresar a su país, de hecho, se promiten varias desgravaciones fiscales: la reducción del impuesto sobre las sociedades en los Estados Unidos desde el actual 35% al 15% y la simplificación burocrática. La imposición de un impuesto corporativo del 41% sobre las empresas estadounidenses que operan en el extranjero llevaría como consecuencia la retirada de las inversiones en Europa.
Trump ha declarado abiertamente que las empresas estadounidenses “tienen que volver a casa” y los recursos necesarios para la expansión en los EE.UU. pueden obtenerse de la venta de actividades en el extranjero.
La compañía matriz U.S. Steel quiere centrarse principalmente en el mercado estadounidense. Por eso ya desde el otoño del año pasado ha comenzado las negociaciones de venta con inversionistas checos, rusos y chinos. Esos acuerdos pero fracasaron debido al alto precio de venta pedido y los bajos costos de acero.
Sin embargo, después de la imposición de derechos aduaneros sobre el acero de China, el precio debería aumentar y con eso el precio de venta de la planta en Košice.
En 2013, U.S. Steel firmó una carta de intención con el gobierno de Eslovaquia comprometiéndose a mantener la planta en Košice en funcionamiento hasta 2018, y pagar una multa en caso de incumplimiento del acuerdo.
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Foto: Pixabay
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