El consumo de productos orgánicos sigue creciendo en todo el mundo. Estimaciones de la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM) sitúan en más de 60 mil millones de dolares el mercado mundial anual de alimentos y bebidas “ecológicas”.
Los alimentos orgánicos resultan atractivos, especialmente en los países europeos, porque están libres de residuos químicos, no contienen conservantes, aditivos artificiales, hormonas ni tampoco metales pesados presentes en suelos y aguas. Por otro lado, estos productos tienen mejor sabor, aroma y color, lo que ha provocado un gran interés en los países europeos.
Los minoristas europeos se están centrando cada vez más en la oferta de orgánicos, como respuesta a la demanda de los consumidores por alimentos sanos, seguros y que ofrecen una historia sobre su origen. Los productos orgánicos etiquetados BIO que más han demostrado demanda en el mercado internacional son las frutas, hortalizas, carnes y lácteos, principalmente en Europa. Manzanas, peras, naranjas, cerezas, pimientos y tomates orgánicos son, actualmente, los productos más vendidos.
Con casi 83 millones de habitantes, Alemania representa el mayor mercado europeo de productos orgánicos. El consumo también es alto en Dinamarca, Suecia, Países Bajos, Reino Unido.
Eslovaquia no es una excepción. Hay agricultores que producen alimentos con la etiqueta BIO, así como tiendas que ofrecen alimentos producidos bajo estrictos criterios BIO.
La gama de productos orgánicos es bastante amplia: leche producida a partir de la producción orgánica, productos lácteos como yogures, quesos, productos de leche de oveja, huevos, hierbas y productos de las abejas.
Sin embargo, Eslovaquia sigue estando detrás de los principales países en la agricultura ecológica, sobre todo en la fase de producción y venta al cliente. Los alimentos orgánicos son ofrecidos por pequeños agricultores en algunos mercados agrícolos o en tiendas especializadas. Por ejemplo, en Bratislava, en la calle Jégeho, la tienda Bioalej vende alimentos orgánicos procedentes de Austria, República Checa y de algunos proveedores estacionales eslovacos, ofreciendo también el servicio de asesoramiento nutricional y compra en línea. Bionakupy.sk vende exclusivamente en línea alimentos orgánicos producidos y verificados en Eslovaquia e Italia.
La agricultura ecológica en Eslovaquia requiere que los agricultores cumplan con ciertos criterios y se registren en el Instituto Central de Control y Pruebas Agrícolas (ÚKSÚP).
Los agricultores no pueden utilizar productos de la agricultura convencional, solo tienen que usar medios biológicos. Una empresa, para obtener el certificado de empresa “ecológica” debe realizar un proceso de conversión agronómica de dos años, lo que significa recuperación del suelo y progresiva desaparición de los residuos de fitosanitarios y fertilizantes no permitidos.
Si el productor cumple con los criterios, recibe el certificado de la organización de inspección de alimentos orgánicos y el producto puede ser etiquetado como BIO. La base del nuevo Logotipo Ecológico de la UE está compuesta por la bandera europea, símbolo oficial de la Unión Europea desde 1986, y una hoja que representa la naturaleza y la sostenibilidad.
Los productores biológicos que cumplen con los criterios cuentan con el apoyo del Programa de Desarrollo Rural 2014-2020, cuyo objetivo principal es de aumentar la cantitad de productos locales con mayor valor agregado, mejorar la producción y la calidad biológica.
Los agricultores registrados en el registro de ÚKSÚP también tienen derecho a recibir ayuda por cinco años, si se cumplen todas las condiciones, en virtud de la Medida de Agricultura Ecológica, que forma parte del Programa de Desarrollo Rural.
El catálogo nacional de alimentos, elaborado por el Ministerio de Agricultura en cooperación con la Cámara de Agricultura y Alimentación Eslovaca (SPPK), registrará a todos los productores de alimentos que cumplan con los estándares de calidad y seguridad. Podrá ayudar a los pequeños productores de alimentos a darse a conocer a los consumidores y entrar a las cadenas de suministro.
La producción agrícola orgánica, reconocida por sus valores medioambientales y la protección de la salud humana, podría crear un valor agregado en Eslovaquia y ayudar a las regiones menos desarrolladas y el empleo.
La Unión Europea tiene previsto introducir nuevas regulaciones que entrarán en vigor en julio de 2020. La UE tiene la intención de flexibilizar las normas de certificación orgánica, incluyendo los niveles aceptables de sustancias químicas, lo que permitirá la producción masiva de alimentos con la etiqueta BIO.
Sobre este tema el ministro de Agricultura Gabriela Matečná expresó opinión contraria: «Para Eslovaquia es inaceptable que cantidades limitadas de ciertas sustancias se puedan encontrar incluso en los alimentos orgánicos”, puesto que esto puede arruinar la confianza de los consumidores hacia los productos orgánicos.
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Foto: Pixabay CC0
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