La crisis energética también está golpeando al mayor fabricante de automóviles de Europa, la empresa alemana Volkswagen, que se plantea trasladar parte de su producción en caso de escasez prolongada de gas o buscar «alternativas técnicas». Así lo ha declarado Geng Wu, jefe de compras del grupo.
Se trata de una solución «a medio plazo», asegura la empresa, que ya ha tenido que hacer frente a los problemas derivados de la escasez de semiconductores y las frecuentes interrupciones de la producción.
Las plantas de Volkswagen ubicadas en Alemania, República Checa y Eslovaquia dependen en gran medida del gas ruso y esto ha llevado a la compañía a considerar zonas como el suroeste de Europa o las áreas costeras del norte de Europa, que tienen mejor acceso al suministro de gas natural licuado por mar. Además, el grupo Volkswagen tiene plantas de automóviles en países como Portugal, España y Bélgica, que cuentan con terminales de GNL.
Sin embargo, la deslocalización de la producción del grupo Volkswagen encontraría importantes obstáculos, dado el elevado número de trabajadores involucrados y la fuerte representación sindical dentro de la empresa. Por lo tanto, se considera más probable una reducción de la producción que el cierre de plantas.
A pesar de la adopción de medidas para hacer frente a la escasez de gas el próximo invierno, la compañía alemana ha expresado su preocupación ante el fuerte aumento de los precios de la gasolina y la luz, especialmente para los proveedores. Thomas Steg, jefe de relaciones externas de la empresa, cree que es fundamental que los gobiernos adopten un tope al precio del gas y la electricidad. En su opinión, sin medidas adecuadas, las pequeñas y medianas empresas con un consumo energético especialmente alto tendrán que limitar o parar su producción.
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Foto: Volkswagen Slovakia (Fb)
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