Cuba no es solo un destino de sol, mar y playa. Hay lugares que regalan una emoción autentica y profunda por la oportunidad unica de disfrutar de sus cuevas, ríos, cascadas y saltos de agua, su variada y extraordinaria fauna y las plantas ornamentales y curativas.
Topes de Collantes es una inmensa zona protegida en la parte central de la isla, dentro del grupo montañoso Guamuahaya o Sierra del Escambray a unas millas de la ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios, lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988.
Este reservorio ecológico situado a 800 metros sobre el nivel del mar cuenta con más de 100 especies de aves endémicas (el 45 por ciento del país), debido a las excelentes condiciones climáticas y relativo aislamiento geográfico. Entre ellas se destacan el Tocororo (Priotelus temnurus), que tiene en su plumaje los mismos colores de la bandera cubana: azul, rojo y blanco. En esta región vive tambien la ranita Colín, considerada una de las más pequeñas de la tierra.
Sin mencionar la flora del parque, representada sobre todo por la Mariposa (Hedychium coronarium), la flor nacional, más de 15 especies de pinos, 12 de eucaliptos, unas 100 plantas ornamentales, numerosas orquídeas y helechos arborescentes.
Para los amantes de las caminatas en la naturaleza el Salto del Caburní es el recorrido más popular. Se realiza a través de plantaciones de café, las casas tradicionales de los campesinos, y los acantilados hacia el río Caburní, donde se puede mirar una cascada de 62 metros y numerosos estanques naturales.
Vegas Grandes culmina en el segundo salto de agua más alto de Cuba. Aqui el turista puede refrescarse en una poceta después de la larga caminata.
A solo tres kilómetros de la ciudad se encuentra La Batata, que ofrece vistas panorámicas e un sistema cavernario con siete piscinas naturales y aguas con propiedades curativas.
Un lugar que se puede llamar un “must-see” por su estilo único, imponente y severo, es el hotel 4 estrellas Gaviota Kurthotel Escambray, muy cerca de la ciudad de Trinidad. Enclavado en las montañas, a una altitud de 800 metros sobre el nivel del mar sobresale por su altura en su entorno natural.
Nacido como sanatorio por voluntad del presidente Fulgencio Batista, después de la Revolución cubana se convirtió en una escuela, y a mediados de los ’70 en un hotel especializado en rehabilitación y terapias especiales. Este gran complejo hotelero incluye un centro de salud y restablecimiento, con personal especializado en medicina y enfermería y variados programas para el tratamiento del estrés, las infecciones respiratorias y los problemas cardíacos.
Lo que hace especial el Kurhotel es su vasta colección de piezas originales de arte cubano. Casi 800 obras de artesanía y pinturas de los años 80 se pueden mirar en las paredes de los pasillos y cuentan la imaginación de los más renombrados artistas cubanos.
La mayor galería de arte de la Isla en un patrimonio natural extraordinario, donde la obra de la natuleza se une con la capacidad creativa humana.
Descubriendo la naturaleza y la meditación…
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Foto: Utkarshraj Atmaram CC BY-SA 2.0
Utkarshraj Atmaram (Cuevas) (CC BY 2.0)
Guillaume Baviere (CC BY 2.0)
Ekaterina Chernetsova (Papchinskaya) (CC BY 2.0)
lezumbalaberenjena (CC BY-NC-ND 2.0)
Mia Battaglia (CC BY-NC-ND 2.0)
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