La adhesión de Eslovaquia a la Unión Europea “nos ha dado prosperidad y seguridad”, recordó la presidenta Zuzana Čaputová en su mensaje en las redes sociales con motivo del 18º aniversario de la entrada del país en el sistema comunitario, el 1 de mayo de 2004.
La Jefa de Estado destacó que la Unión “nos ha dado el apoyo institucional y financiero necesario para abordar los problemas y encontrar soluciones a temas complejos como la protección de la privacidad, la transición verde y las reglas para la digitalización.
A pesar de la diversidad existente dentro de los 27 Estados miembros, que en todo caso es una «fuente de un potencial creativo infinito», existe una gran capacidad de cooperación y sentido de la solidaridad, que combinado con el respeto a los valores de libertad, democracia y el principio del Estado de derecho nos hace fuertes. Nos dimos cuenta de eso bajo la presión de eventos terribles como la invasión militar rusa de Ucrania, dijo Čaputová.
“Nuestra comunidad europea nunca ha sido tan fuerte y unida como lo es hoy. Me enorgullece ser la presidenta de ciudadanos que no solo pertenecen a la familia común de la Unión Europea, sino que la han enriquecido con su trabajo, solidaridad y éxito cada día durante 18 años”, concluyó la Jefa de Estado.
También en opinión del primer ministro Eduard Heger, Eslovaquia disfruta hoy de los beneficios de la adhesión a la Unión Europea, tanto desde el punto de vista económico, por el gran número de inversiones públicas que posibilitan los fondos europeos, como desde el punto de vista de la protección de derechos humanos y políticos. “Podemos viajar libremente por Europa, trabajar, hacer negocios y estudiar en los Estados miembros de la UE y también crear equipos científicos internacionales”, subrayó Heger.
“A pesar de sus errores, la Unión Europea es próspera, democrática, libre y pacífica”, agregó. La experiencia de Eslovaquia, que inició un largo proceso de modernización hace veinte años, puede ayudar a otros países a fortalecer el sistema democrático, proteger a las minorías nacionales, luchar contra la corrupción, evitando además los errores que cometieron los gobiernos anteriores de Eslovaquia en estas áreas. “La Unión Europea es nuestro espacio vital. Este es nuestro país extendido”, dijo el primer ministro.
La adhesión de Eslovaquia a la Unión Europea: un camino difícil
La entrada de Eslovaquia en la Unión Europea no fue un proceso corto ni fácil. Tras la separación pacífica de Checoslovaquia en 1992, la política antidemocrática del primer ministro populista Vladimír Mečiar y su partido, el Movimiento por una Eslovaquia Democrática (HZDS), llevó al creciente aislamiento del país en Europa entre 1992 y 1998.
Eslovaquia quedó rezagada con respecto a sus vecinos en el proceso de integración: su ingreso en la OCDE se pospuso en 1996 debido al retraso en la adopción de reformas económicas.
En 1997, mientras los demás países del Grupo de Visegrado (República Checa, Hungría y Polonia) se unieron a la OTAN y luego iniciaron el proceso de adhesión a la UE, Eslovaquia aún mostraba una larga serie de carencias en el área de la democracia y de los derechos humanos, como destacaba la Comisión Europea.
De los 11 países candidatos, Eslovaquia fue el único que no cumplió las llamadas «condiciones políticas de Copenhague» para poder ingresar en la Unión. Según la Comisión, el país aún se caracterizaba por la inestabilidad institucional, el mal funcionamiento del sistema democrático y un profundo desfase entre las normas constitucionales y legales y su aplicación práctica, especialmente en materia de legalidad, derechos humanos y protección de las minorías.
La exclusión de la ampliación de la UE y la OTAN fue una de las principales causas del cambio político en octubre de 1998, cuando ganó las elecciones una amplia coalición democrática, unida en el intento común de derrotar a Mečiar, reactivar la economía estancada y alcanzar el objetivo estratégico de la integración en la UE y la OTAN.
Las conversaciones para la adhesión de Eslovaquia a la Unión Europea comenzaron a finales de 1999, cuando Bruselas reconoció los progresos logrados por el gobierno en el proceso de reforma y el compromiso de cerrar los dos reactores nucleares de la era soviética en Jaslovské Bohunice en 2006 y 2008, respectivamente. Este tema suscitó duras críticas por parte del partido de centro-izquierda Smer. Su líder, Robert Fico, dijo que el cierre prematuro de las dos plantas debilitaría al país desde el punto de vista energético. Además, era una señal de debilidad ante la presión de Bruselas y Austria.
El proceso de integración de Eslovaquia en la UE se vio favorecido no solo por el proceso de reforma emprendido por el gobierno de Mikuláš Dzurinda, sino también por la necesidad de garantizar la defensa de las fronteras orientales de la Unión y la uniformidad comercial y aduanera a través de la adhesión contemporánea a la UE de los cuatro países del Grupo de Visegrado.
La entrada en la UE ha recibido amplio apoyo entre los ciudadanos eslovacos, como muestran los resultados del referéndum sobre la adhesión: el 94% de los votantes se declaró a favor de la adhesión, un porcentaje superior al de Hungría (84%) y de la República Checa (77%).
El consenso europeo ha crecido en el país a lo largo de los años, porque las instituciones europeas aparecen como la máxima salvaguardia contra la corrupción y la incompetencia de los gobiernos, y por la posibilidad de recuperar el retraso económico gracias a los fondos de la UE y nuevas inversiones e impulsar el proceso de globalización.
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Foto: Zuzana Čaputová (Fb)
Eduard Heger – predseda vlády SR (FB)
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