En Eslovaquia, las tiendas estuvieron cerradas dos meses durante la primera ola de la pandemia y dos semanas durante el período de pruebas masivas de Covid. Este año están cerradas desde hace tres meses.
La Iniciativa del comercio minorista (ISKM) lanza un grito de alarma y acusa al Gobierno de no adoptar suficientes medidas para prevenir el cierre definitivo de muchas empresas. ISKM reúne a más de 80 tiendas minoristas no alimentarias e incluye a LPP Slovakia, Martinus, Nay, Phočkáren, Regal Burger y Sportsman entre sus fundadores.
El sector minorista en Eslovaquia emplea a unas 300.000 personas. «Por lo tanto, creemos que el Estado no debe descuidar a los pequeños comerciantes y debe considerarlos como un socio importante en la discusión», escriben los representantes de la asociación. «Muchos minoristas han construido su negocio a lo largo de los años y ahora lo ven desaparecer ante sus ojos».
La situación se describe como dramática e insostenible. El comercio minorista no alimentario cerró 2020 con un balance muy negativo. Incluso si no hay ventas e ingresos, hay gastos que pagar. La mayoría de los centros comerciales, de hecho, exigen el cumplimiento de las obligaciones derivadas de los contratos, en particular el pago de la totalidad del alquiler.
En esta fase tan delicada, ISKM considera necesario no solo que el Estado intervenga como mediador entre inquilinos y propietarios, sino también que otorgue un apoyo directo más robusto a los comerciantes «que constituyen la columna vertebral de la economía y emplean a decenas de miles de personas, a menudo en lugares con una tasa de paro muy alta».
La ayuda estatal actual se considera insuficiente, ya que apenas alcanza para cubrir los salarios de los empleados y solo una parte del alquiler. Sin embargo, el alquiler es solo un componente de los costos que deben soportar los comerciantes, explica ISKM. Existen otros gastos gravosos, como facturas de varios servicios (energía, teléfono, Internet), intereses de préstamos o seguros, pero no se proporciona apoyo público para esto.
El presidente del ISKM, Daniel Krakovský, pide al Gobierno que adopte «medidas globales» que permitan a los comerciantes recuperarse y un enfoque más flexible para apoyar a las pequeñas empresas también eliminando obstáculos burocráticos, siguiendo el ejemplo de otros países. En Austria, el Gobierno ha asignado subsidios a los empresarios para compensar la pérdida total de ingresos. En la República Checa, la compensación asciende al 100% del salario y los costos de alquiler, sin necesidad de acuerdo con el propietario. Además, el gobierno de Praga ha establecido recientemente un subsidio de 400 coronas (unos 15 euros) por empleado por cada día de cierre de la empresa.
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Foto: Pexels CC0
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