Aumento de poder adquisitivo y del consumo interno, creación de empleo, condiciones de financiación favorables, inversión empresarial y disminución de los precios del petróleo: estos son los factores que han contribuido a impulsar la recuperación de la economia española en los últimos tres años. El ejercicio en 2016 ha cerrado con un avance del 3,2%.
La inestabilidad política originada por haber tenido hasta noviembre un Gobierno interino no afectó a la economía, si bien el PIB podría haber crecido más con un Ejecutivo en plenas funciones.
Como resultado de la presión de la UE, el gobierno adoptó medidas fiscales contra el déficit público para dar un mayor margen en los objetivos del proximo año y lograr bajar el déficit al 4,6 % del PIB al final de año.
En el mes de abril fue aprobado un ajuste presupuestario de 2.000 millones de euros que afectó a los créditos de los Ministerios de Fomento, Economía e Industria.
En septiembre la subida de los anticipos del impuesto de sociedades para las grandes empresas permitió aumentar la recaudación en 8.300 millones.
Otros 2.000 millones constituyen el ahorro en intereses de la deuda pública.
Para alcanzar el objetivo del 3,1 % en 2017, en diciembre entraron en vigor nuevas medidas: la reforma del impuesto de sociedades para ampliar las bases imponibles y eliminar deducciones, la subida del 5% del impuesto sobre el alcohol (a excepción de vino y cerveza) y la adaptación del impuesto del tabaco a la ley europea.
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Foto: Pixabay
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