El mundo de la cultura llora la pérdida de Luis Sepúlveda (Ovalle, Chile, 1949). El escritor falleció a los 70 años hoy, jueves 16 de abril, tras permanecer hospitalizado más de un mes en el Hospital Universitario Central de Asturias en Oviedo.
Sepúlveda manifestó los primeros síntomas de la enfermedad tras el festival literario que tuvo lugar en la ciudad portuguesa de Oporto entre el 18 y el 23 de febrero. Un encuentro de autores nacido a imagen y semejanza del Salón del Libro Iberoamericano que el escritor ideó e impulsó durante años en Gijón, la ciudad adonde se mudó en 1997.
El novelista chileno empezó a manifestar los síntomas de una neumonía aguda el pasado 25 de febrero y enseguida se confirmó el positivo de Covid-19. Sepúlveda fue uno de los primeros casos de positivo por coronavirus en España. Su estado de salud se fue deteriorando en las últimas semanas al no responder a los tratamientos. A la neumonía inicial se sumaron otras patologías y problemas asociados a varios órganos vitales.
Sepúlveda llegó a la literatura y a la política durante los tumultuosos años 60. Trabajó en el departamento cultural del gobierno de Salvador Allende, donde se encargó de difundir clásicos en ediciones populares, y fue uno de los escoltas personales del presidente.
Hijo de un militante del partido comunista chileno, Sepúlveda siempre dijo que había nacido “profundamente rojo”. Militó en unas formaciones comunistas y socialistas, pero casi siempre estas experiencias terminaron siendo decepcionantes.
Tras el el golpe militar de Augusto Pinochet, Sepúlveda pasó por la clandestinidad, fue arrestado y sentenciado a cadena perpetua. Estuvo encarcelado durante dos años y luego en arresto domiciliario tras la intervención de Amnistía Internacional.
En 1977 abandonó Chile, vivió en Buenos Aires y Montevideo y luego pasó a Brasil. Después de un largo periplo por América Latina, a principios de 1979 ingresó en la Brigada Internacional Simón Bolívar, con la que participó en la Revolución Sandinista en Nicaragua.
Sepúlveda fue un viajero apasionado y le encantaba investigar las diferentes culturas y etnias. Su madre, Irma Calfucura, era una enfermera de origen mapuche. El escritor dedicó una de sus novelas, Historia de un perro llamado Leal (2016) al pueblo mapuche, “constantemente hostigado”: “sus reivindicaciones, que son bastante justas, son respondidas con represión y la aplicación de una absurda legislación antiterrorista”, subrayó en la presentación de la obra.
Sepúlveda fue autor de más de una veintena de novelas, libros de viaje, guiones y ensayos. Algunas de sus obras fueron adaptadas al cine, como la versión animada de Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar, realizada por el italiano Enzo D’Alò y Un viejo que leía novelas de amor, dirigida por el australiano Rolf de Herr.
La última novela, Historia de una ballena blanca (2019), refleja la gran conciencia ecologista del escritor chileno, quien se dedicó al activismo medioambiental y trabajó en un barco de Greenpeace durante los años ochenta.
Durante su larga carrera, Sepúlveda recibió decenas de galardones, y fue nombrado Caballero de Las Artes y las Letras de la República Francesa y doctor honoris causa por la Universidad de Urbino, Italia.
Luis Sepúlveda ha narrado la historia de los perdedores y fue “la voz de los olvidados”, según explicó en una entrevista, siempre siendo muy fiel a sus personajes, capaz de enamorarse de ellos y capaz de comunicar al lector una emoción muy parecida a la que él siente al escribir.
Precisamente este es el secreto más hermoso y profundo que tiene la literatura: poder compartir emociones y sensaciones y permitir viajar mentalmente en el tiempo y el espacio, inventando una vida nueva y llena de aventuras…
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Foto: Paolo Benegiamo (CC BY-NC-ND 2.0)
ActuaLitté (CC BY-SA 2.0)
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