El presidente Andrej Kiska recibió el Premio Europeo de los Derechos Civiles de los Sinti y Roma el pasado martes, durante una visita de trabajo en Bruselas.
El Consejo Central de los Sinti y Roma alemanes, fundado en 1982 en Heidelberg con la finalidad de representar los intereses de los gitanos en Alemania a nivel nacional e internacional, decidió premiar al presidente eslovaco por su desempeño a favor de la protección de los derechos civiles de estas minorías étnicas y en la lucha contra las expresiones de racismo, discriminación y segregación.
Durante la ceremonia, presidida por el vicepresidente del Parlamento Europeo Rainer Wieland, la directora de la Casa de Historia Europea, Constanze Itzel, y el comisario europeo de Justicia, Protección del Consumidor e Igualdad de Género, Věra Jourová, subrayaron la persistente discriminación contra Sinti y Roma.
En su intervención Kiska destacó la importancia y el papel de la educación en la mejora de las condiciones de vida de las minorías étnicas. «Primero que todo, cada niño debe tener una oportunidad», declaró Kiska después de recibir el premio.
Kiska decidió entregar un cheque por valor de 15.000 euros que recibió junto con el premio a la ONG “Cesta von”, que ayuda a los niños de las comunidades romaníes excluidas.
En su perfil de Facebook el presidente escribe: “Estoy convencido de la necesidad de debatir sobre los temas complejos en voz alta, porque no debemos ocultar los problemas, cerrar los ojos y esperar a que se resuelvan. Creo que este premio ayudará a las personas que realmente lo necesitan. Decidí dedicar todo el monto a Cesta von, que ayuda a los niños a salir del círculo vicioso de la pobreza.”
El miércoles 20 de marzo Kiska recibió en el Palacio Presidencial a los representantes de la campaña encaminada a promover el acceso de los miembros de la comunidad romaní al empleo. «Tenemos un fenómeno tan especial en Eslovaquia”, dijo el presidente. “Por un lado, escuchamos de los empleadores que no hay suficiente fuerza laboral. Por otro lado, todavía hay una gran cantidad de desempleados, especialmente en el grupo romaní. La paradoja es que si los romaníes quieren trabajar, algunos empleadores los rechazan simplemente porque son romaníes.” Kiska ha expresado su satisfacción por una iniciativa que intenta romper estos prejuicios y pide a los empleadores que realmente abran la puerta a todos.
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Foto: Andrej Kiska (Fb)
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