Tres tesis plagiadas. Un escándalo que podría amenazar la heterogénea alianza del Gobierno «contra la corrupción» encabezada por Igor Matovič.
Todo comenzó con el presidente del Parlamento y líder del partido SME Rodina Boris Kollár, quien fue acusado de plagiar gran parte de su tesis de máster sobre cambio climático y su impacto en el turismo. Los otros partidos minoritarios del Gobierno (SaS y Za l’udi) le pidieron que renunciara, pero Kollár rechazó las acusaciones amenazando con dinamitar la coalición y el pasado 7 de julio decidió convocar a una votación en el Parlamento. Los socios de la alianza gubernamental se abstuvieron para salvar el Ejecutivo, pero ese episodio aumentó las tensiones dentro del Gobierno.
Luego, el ministro de Educación Branislav Gröhling (SaS) fue acusado también de plagio por reproducir textos de otros autores sin citar la fuente.
Precisamente Gröhling había colaborado en la redacción de una enmienda legislativa destinada a cambiar las reglas de las tesis universitarias y prevenir la práctica del corta-pegas. El ministro admitió que el 31% de su tesis había sido copiada de otras publicaciones, pero este porcentaje de coincidencias resulta inferior a lo que su facultad consideraba como acceptable.
La pasada semana, el primer ministro Matovič admitió que también copió los textos de unos economistas eslovacos en su tesis de 1998 sobre el sistema tributario. En su página de Facebook escribió: “Honestamente, no tengo idea si cité algo en mi diploma hace 22 años y cuánto hubo. Si ese es el caso, robé algo que no me pertenecía, soy un ladrón de facto en este asunto, lo cual es triste y ciertamente no es para alabar”. Además, Matovič pidió perdón “a los estudiantes que se esfuerzan mucho”, argumentando que en aquel entonces combinaba el trabajo con los estudios.
Ahora, esta heterogénea alianza está a punto de saltar por los aires dinamitada por un escándalo de plagios de tesis que ha salpicado al ministro de Educación, al presidente del Parlamento y al propio primer ministro.
Este escándalo no solo agrega otros nombres a la larga lista de personajes políticos que han falsificado sus credenciales académicas, sino que arroja una mancha indeleble sobre el Gobierno que se había comprometido en la lucha contra la corrupción de sus predecesores socialdemócratas, con el objetivo de “limpiar las instituciones”.
A pesar de eso, Matovič ha declarado que no dimitirá porque pretende terminar tanto el trabajo anticorrupción empezado como la gestión de la crisis del coronavirus. De momento, cuenta con el apoyo de los liberales del partido SaS, pero indudablemente su imagen pública ha sido dañada. El primer ministro tendrá una tarea muy difícil, seguir adelante con la alianza de cuatro partidos, que se necesitan pero no se soportan entre ellos.
Las reacciones indignadas del mundo político e institucional
“El viernes, pedimos al primer ministro Igor Matovič que renunciara después del escándalo de su tesis”, escribió el vicepresidente del Parlamento Peter Pellegrini en su página de Facebook. “Un ladrón y un mentiroso no puede ser el primer ministro de la República Eslovaca. En tres días, no hemos recibido ninguna respuesta del Primer Ministro, excepto fotos de su desayuno, almuerzo y cena en Bruselas. No sabemos qué posición está promoviendo Eslovaquia y con quién ha negociado, pero sabemos muy bien qué vergüenza causó su plagio en los medios de comunicación europeos.”
Pellegrini está recolectando firmas para convocar una sesión parlamentaria extraordinaria sobre ese asunto.
“Estoy decepcionada y triste porque las expectativas de la gente, incluida la mía, sobre los altos estándares del poder político y la responsabilidad política del gobierno de Igor Matovič siguen sin cumplirse», ha declarado la presidenta de la República Zuzana Čaputová. «No apruebo el fraude y no puedo aprobar a quienes lo disminuyen. Solo puedo repetir que depende de todos nosotros construir la confianza de la gente en la política y las instituciones… En un momento en que Eslovaquia enfrenta desafíos sin precedentes para hacer frente a los efectos de la crisis, la confianza de los ciudadanos en los funcionarios del Gobierno es fundamental, y es irresponsable jugar con eso».
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Foto: vlada.gov.sk
Peter Pellegrini (Fb)
Zuzana Čaputová (Fb)
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