Elecciones generales 2020: “Los eslovacos han despertado al dragón dormido”

Según datos de la Oficina de Estadística, el partido de oposición OĽaNO, que ganó las elecciones generales con el 25,02% de los votos, obtuvo 53 escaños en el Consejo Nacional unicameral. Obtuvo la mayoría de los sufragios en 50 de los 79 distritos de Eslovaquia.
El partido de la coalición gobernante SMer-SD, con el 18,29% de los votos (38 escaños), captó la preferencia de los votantes en 25 distritos.
Otros escaños en el Parlamento estarán ocupados por Sme Rodina (8,24% y 17 escaños), por el partido popular de extrema derecha ĽSNS (7,97% y 17 escaños), Libertad y solidaridad SaS (6,22% y 13 escaños) y Za ľudí (5,77% y 12 escaños).
El partido MKS, que representa a la minoría húngara, ganó en tres distritos. La mayoría de los electores eslovacos en el extranjero expresaron su preferencia por la coalición Progresívne Slovensko-Spolu. Sin embargo, ambos partidos no alcanzaron el quórum necesario para ingresar al Parlamento.
El Partido Nacional Eslovaco SNS y Most Híd, que forman parte de la coalición gobernante, tampoco lograron alcanzar el umbral del 5% y conseguir escaños.

El fundador y lider de OĽaNO Igor Matovič prevé entablar negociaciones preliminares con los líderes de los otros partidos de la oposición y espera que se cree un gobierno estable con una coalición entre ellos. «Buscaremos formar el mejor gobierno que Eslovaquia haya tenido, con la ayuda de otros líderes de la oposición democrática», declaró a la prensa.
Matovič parece bien situado para que se le confíe la formación de un gobierno de coalición, que en opinión de algunos analistas será un verdadero “rompecabezas”. El lider de OĽaNO ya ha hablado por teléfono con la presidenta Zuzana Čaputová y se reunirá con ella este lunes o el martes.
La Constitución eslovaca no impone ningún plazo para formar el nuevo Ejecutivo, pero el jefe del Estado debe convocar la primera sesión del nuevo Parlamento a más tardar 30 días desde la publicación de los resultados de las elecciones.
El primer ministro saliente Peter Pellegrini, quien reconoció la derrota de su partido y felicitó al ganador, planteó la posibilidad de una «coalición de reconciliación» con OĽaNO. Sin embargo, Matovič ya descartó negociar con Smer o con el Partido de extrema derecha liderado por Marián Kotleba.

Según analistas políticos, el resultado de estos comicios traduce ante todo la aspiración a la decencia en política y confirma que una parte del país desea poner fin a una era marcada por la corrupción y el asesinato del periodista Ján Kuciak que había investigado este fenómeno endémico. La muerte de Kuciak y de su novia Martina Kušnírová fue lo que despertó a Eslovaquia y la lucha contra la corrupción se ha convertido en una prioridad nacional.
Ese asesinato trastornó toda la escena política, con la aparición de nuevos partidos liberales y democráticos que rápidamente obtuvieron apoyo popular.

Matovič, de 46 años, es propietario de RegionPRESS, una cadena de 36 medios de comunicación. Gracias a una campaña electoral muy bien orquestada, logró acaparar el voto de protesta con su apuesta contra la corrupción y la hegemonía socialdemócrata.
Su partido OĽaNO («gente corriente y personalidades independientes») ha predicado tolerancia cero con la corrupción reinante y prometió formar un gobierno que «en primer lugar, no servirá a los intereses del diez por ciento más pudiente, sino de 5,4 millones de personas, donde la justicia será para todos y todos seremos iguales ante la ley».
Entre los pilares del programa de su partido destacan la defensa del Estado de derecho, la familia, los valores cristianos y la educación en el patriotismo. Además, Matovič aboga por restringir la ley del aborto y se muestra reticiente ante los derechos de las personas LGBTIQ y las uniones civiles de homosexuales.
El lider de OĽaNO, considerado conservador y populista, ha sido criticado tanto por sus adversarios políticos como por miembros de su propio partido por su desmedido afán por “exhibirse en los medios”, en palabras de Richard Sulik, líder de SaS, la formación política de donde Matovic fue expulsado.
Otra voz crítica es la de Veronika Remišová, ex miembro de OĽaNO, quien comentó: «No es suficiente gritar dos o tres eslóganes vacíos, sino que es necesario tener gente competente y capaz, que trabaje siete días a la semana, veinticuatro horas al día, para que Eslovaquia tenga resultados».
¿Matovič logrará forjar una alianza de partidos que cuente con el necesario apoyo parlamentario para gobernar en coalición? Algunos analistas señalan que el polémico empresario no resulta ser el mejor candidato para primer ministro, pues la incógnita es si él será suficientemente autocrítico.

El resultado de las elecciones generales en Eslovaquia llamó la atención de varios medios extranjeros, que escribieron sobre la victoria de OĽaNO, el partido que destronó a Smer después de 14 años de liderazgo.
El diario “The New York Times” escribe que «Eslovaquia se ha despertado» y el partido de gobierno en Eslovaquia sufrió una derrota radical en las elecciones nacionales, allanando el camino para una nueva coalición de gobierno que promete luchar contra una corrupción profundamente arraigada y poderosos oligarcas, y promover el Estado de derecho.
Según sociólogos, OĽaNO fue capaz de crear una amplia red de candidatos a las elecciones, recurriendo a activistas, políticos, figuras públicas, maestros e incluso un comediante, pero no tiene una visión política coherente más allá de su postura anticorrupción, resultando un partido «camaleónico», que podría cambiar de actitud dependiendo de las circunstancias políticas.

La cadena de televisión británica BBC subraya que OĽaNO tendrá más de un tercio de los escaños parlamentarios y Matovič está listo para convertirse en el nuevo primer ministro y obtener una mayoría constitucional, mientras que el partido Smer sufrió el peor resultado durante una década de gobierno.
Según Bloomberg, “la elección deja a Eslovaquia arraigada en la corriente principal de Europa, evitando el riesgo de que pueda desviarse a lo largo del camino rebelde de la vecina Hungría y Polonia y eliminando cualquier posibilidad de que un grupo de extrema derecha se una al gobierno.
Sin embargo, hay un signo de interrogación sobre la durabilidad del nuevo gobierno debido a posibles conflictos entre políticas y personalidades.

Un 65,8% de los 4,4 millones de eslovacos convocados a las urnas, optaron claramente por el cambio y sus tendencias van desde el conservadurismo centrista al populismo y la derecha más extremista.
En palabras de Karolina Farská, activista de la iniciativa “Za Slušné Slovensko” (“Por una Eslovaquia decente”), estas elecciones generales han sido realmente “un referéndum sobre qué tipo de país realmente quieren los eslovacos».

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Foto: “Za Slušné Slovensko” (Fb)
Igor Matovič (Fb)

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