Eslovaquia 1945: el deber de la memoria, la imposibilidad del olvido

Hoy se conmemora en Eslovaquia uno de los acontecimientos más tristes en la historia del país.
El domingo 21 de enero de 1945, en las primeras horas de la mañana, la región de Banská Bystrica se convirtió en el escenario de una terible masacre contra la población civil. Miembros de la unidad trasera de seguridad Abwehrgruppe 218 de las SS (conocida bajo el nombre clave Edelweiss), creada para combatir a los partisanos, junto con colaboradores eslovacos, invadio Ostrý Grúň y Kľak, dos aldeas pobres al pie de las montañas. Los nazis prendieron fuego a las casas y mataron a balazos a 148 habitantes.
Esta ferocidad fue efecto de represalia por el supuesto apoyo ofrecido al movimiento partisano que tenía bases de operación en esa área del país, después de un tiroteo con los alemanes el 18 de enero en Kľak.
Los nazis no realizaron el objetivo inicial, matar a toda la población de las aldeas, después de la llegada de un telegrama, cuyo contenido es desconocido, o tal vez por la intervención del sacerdote católico de Kľak, que defendió a sus feligreses ante el comandante alemán.
La tragedia de Kľak y Ostrý Grúň fue el mayor crimen de guerra perpetrado por los nazis en Eslovaquia: en Ostrý Grúň murieron 62 personas (entre ellas, 23 mujeres y 15 niños) y en Kľak otras 84 (incluidos 25 mujeres y 33 niños, la más pequeña, Jozefina, un bebé de tres meses).
Esta masacre se ha convertido en un símbolo de la represión nazi contra la población civil.

… junto con colaboradores eslovacos

19 de enero de 2004. La policia arresta a Ladislav Nižňanský, de 86 años, eslovaco de origen, pero con nacionalidad alemana desde 1996 y residente en Múnich. Nižňanský fue comandante de la unidad especial del ejército alemán que junto con eslovacos combatía a los partisanos en Eslovaquia y como tal participó en la matanza de civiles en Ostrý Grúň y Kľak.
Posteriormente, en febrero de 1945 ordenó el fusilamiento de 18 judíos, entre ellos 8 mujeres y 6 niños, que se habían escondido en una cava de Ksinna, en la region de Trenčín.
En Eslovaquia, fue condenado a muerte en ausencia en 1962. En 2001, el Ministerio eslovaco de Justicia trasmitió a las autoridades alemanas la información sobre ese juicio y la Fiscalía de Múnich abrió una investigación.

19 de diciembre de 2005. El tribunal de Munich absolve al ex-comandante y presunto criminal de guerra Ladislav Nižňanský de su responsabilidad en tres masacres cometidas por los nazis en la actual Eslovaquia, en 1945. El jurado popular considera no probados los cargos que imputaba la fiscalía a Niznanky y dictamina asimismo que se le indemnice por los perjuicios causados por el proceso, tal como reclamaba su defensa.
Según la fiscalía, Niznansky había ordenado «no dejar ni un alma viva» y por eso había pedido una pena de cadena perpetua, mientras que la defensa argumentó que el entonces comandante de una compañía eslovaca no tenía capacidad de mando.
Nižňanský fue puesto en libertad el 19 de diciembre de 2005. Murió el 23 de diciembre de 2011.

Muchos miembros de la unidad Edelweiss intentaron huir al oeste al final de la guerra para rendirse a los estadounidenses, pero finalmente terminaron en las cárceles soviéticas, incluido el comandante E. von Thun-Hohenstein, quien fue considerado el principal responsable de la masacre en Ostrý Grúň y Kľak. Fue sentenciado a muerte el 18 de enero de 1946 por el tribunal militar soviético y posteriormente fusilado el 12 de febrero.

El deber de la memoria

“No sólo las escuelas y los maestros, sino todos somos responsables de la difusión de los acontecimientos más importantes de nuestra historia entre aquellos que deberían conocerlos”, dijo el alcalde de Košice, Jaroslav Polaček, con ocasión del 75° aniversario de la liberación de la ciudad de la ocupación alemana (20 de enero de 1945) por parte de la Armada Roja.
Košice fue la primera ciudad en la actual Eslovaquia liberada de la ocupación nazi, después de una serie de batallas que costaron la vida de tres mil soldados y oficiales soviéticos, convirtiéndose en la sede del gobierno provisional. Las tropas soviéticas, junto con miembros de la resistencia eslovaca y las brigadas internacionales en mayo de 1945, lograron expulsar a los nazis también de Bratislava, entonces capital de la Primera República Eslovaca encabezada por el presidente Jozef Tiso.

El alcalde Polaček subrayó la importancia de no olvidar las barbaridades de los nazis que ocupaban en aquel entonces el país, para inspirar valores correctos en las jóvenes generaciones.

Según palabras del primer ministro Peter Pellegrini, “ahora que las ideas fascistas empiezan a reaparecer de nuevo, es fundamental no renunciar a los valores democráticos y al deseo de nuestros antepasados por la libertad.”

La presidenta Zuzana Čaputová, durante el acto de conmemoración dijo que el fascismo siembra el odio y el desprecio contra nuestros semejantes y convierte la política, que debería ser principalmente la gestión de los asuntos públicos, en acciones de odio alimentándose de la injusticia social y económica que sufren muchos eslovacos.

“No eran víctimas sin nombre, eran vecinos de nuestros padres y abuelos, personas que tenían sus familias, sus hogares… Lo que sucedió entonces no es solo historia. Es sobre todo una advertencia. Es nuestro deber escuchar este mensaje para actuar como ciudadanos y sociedad civil.” (Zuzana Caputová)

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Foto: Marian Sabo (CC BY-SA 3.0)
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Zuzana Caputová (Fb)
Peter Pellegrini (Fb)

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