Eslovaquia apuesta por la independencia energética

La guerra en Ucrania ha evidenciado no solo la necesidad de eliminar la dependencia de Eslovaquia del suministro de petróleo y gas de Rusia, sino también «las decisiones equivocadas de los ex líderes políticos, que despreciaron la oportunidad de diversificar las fuentes de energía». Así lo afirmó el Ministro de Medio Ambiente Ján Budaj durante la conferencia permanente «Independencia Energética de Eslovaquia».

El evento fue organizado por el Ministerio de Medio Ambiente como herramienta de apoyo del Consejo de Gobierno para el Pacto Verde Europeo, y contó con la participación de políticos, activistas medioambientales, expertos en seguridad energética y fuentes de energía renovables y sostenibles, así como representantes de organizaciones no gubernamentales. Entre ellos, se destacan la ex primera ministra Iveta Radičová y el ex ministro de Hacienda Ivan Mikloš.
El objetivo de la conferencia es elaborar propuestas concretas para solucionar la difícil situación energética que vive el país provocada por el conflicto militar en Ucrania.

Eslovaquia necesita más recursos energéticos para afrontar un reto sin precedentes en su historia, pero también soluciones que reduzcan la dependencia energética de los combustibles fósiles y sean respetuosas con el medio ambiente, subrayó Budaj.

El Ministerio de Medio Ambiente apoya el desarrollo de fuentes de energía renovables combinadas adecuadamente con todas las fuentes de energía de bajas emisiones, incluida la energía nuclear, para garantizar la estabilidad de la red y la disponibilidad de suministros energéticos.
Según Budaj, “reducir la dependencia de las fuentes energéticas rusas es una tarea ardua”, dado que la industria pesada consume el 40% de la energía producida, frente a una media europea del 25%, y la dependencia del suministro de gas alcanza el 85% y casi el 100% en el caso del petróleo y combustibles nucleares. Sin embargo, esta no es una meta inalcanzable, dijo el ministro.

Según Mikloš, seguir importando hidrocarburos de Rusia es una mala opción y supondrá un aumento de los costes económicos, sociales y medioambientales para Eslovaquia. La única solución es la independencia energética, dijo también Radičová, quien destacó la necesidad de una política energética común de la UE para superar la crisis actual y prepararse adecuadamente para cualquier crisis futura. La Unión es uno de los principales actores en el consumo mundial de energía, pero a pesar de ello, casi no influye en la evolución de los precios del mercado. «Simplemente miramos, nos asombramos y pagamos”, dijo la ex primera ministra.

Juraj Melichár, coordinador de la asociación cívica Amigos de la Tierra-CEPA, argumentó que es necesario abandonar los combustibles fósiles y utilizar los fondos europeos para implementar proyectos que fomenten el uso de recursos renovables, permitan la modernización de las plantas de generación de vapor y la reducción de los costos de calefacción gracias a soluciones innovadoras.

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Foto: denfran CC0

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