El sábado 4 de mayo, Eslovaquia conmemoró el centenario de la muerte de Milan Rastislav Štefánik, uno de los tres padres fundadores de la Primera República Checoslovaca junto con Tomáš Garrigue Masaryk y Edvard Beneš.
Štefánik fue un personaje poliédrico: astrónomo, diplomático, piloto militar, general, fundador de las legiones checoslovacas en la Primera Guerra Mundial y primer ministro checoslovaco de la guerra.
Para los eslovacos, Štefánik es, ante todo, el héroe nacional, que murió trágica y prematuramente en un accidente aéreo en mayo de 1919. Esto también, combinado con algunas teorías sobre un supuesto atentado, ha contribuido a crear un verdadero culto a su personalidad.
Štefánik representa el coraje y la determinación, el deseo de elevarse de la pobreza a través del estudio, el amor por la patria expresado con la participación activa en la vida política y cultural, el gran interés por la ciencia y la pasión por la aventura atestiguada por sus expediciones al Mont Blanc, España, Rusia, Asia Central, África del Norte, Polinesia y Brasil.
«Un maravilloso, querido hombre», dijo de él Lev Tolstoy, el gran escritor ruso.
Con motivo del centenario de la muerte de Štefánik, varios lugares de Eslovaquia acogieron conmemoraciones solemnes. Un escuadrón de aviones procedentes de Eslovaquia, República Checa, Francia e Italia sobrevoló el área del monumento nacional construido en la tumba del general en Brezová pod Bradlom.
Entre las principales etapas de la conmemoración, cabe destacar el espectáculo aéreo que tuvo lugar en el aeropuerto, el espectáculo teatral dedicado a los momentos más importantes de la vida del general, la presentación del primer mapa aeroturístico de Eslovaquia dedicado a Štefánik, la solemne procesión y la misa en Košariská, su lugar de nacimiento, la deposición de guirnaldas y el encendido de antorchas en el patio del museo Štefánik y en los cuatro lados del monumento funerario.
El primer ministro Peter Pellegrini pronunció un discurso solemne en la colina de Bradlo, recordando que los ideales perseguidos por Štefánik no tienen tiempo y su ejemplo extraordinario aún brilla para las jóvenes generaciones eslovacas, porque el futuro del país se construye aprendiendo del pasado.
A pesar de su innegable inclusión en el panteón de las más grandes personalidades históricas de Eslovaquia, Štefánik merece ser recordado no por su talento de «superhombre», sino por sus cualidades humanas y también por sus imperfecciones y debilidades, dijo Pellegrini. «Después de cada caída, se levantó y luchó implacablemente. Su voluntad ha triunfado sobre la vulnerabilidad».
Štefánik «no preguntó qué puede hacer la patria por él, sino qué puede hacer él por la nación». Y esto representa la lección moral más importante para la Eslovaquia moderna.
Štefánik «también sabía que Eslovaquia debe tratar de encontrar aliados fuertes y democráticos en el mundo y trabajar con ellos para mantener la paz y la coexistencia pacífica», agregó el primer ministro. “Necesitamos la determinación de Štefánik para trabajar para Eslovaquia», un país pequeño, pero ansioso por desarrollarse “dentro de la comunidad con la que comparte los mismos valores «.
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Foto: Peter Pellegrini (Fb)
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