Eslovaquia logra la mayor incautación de droga de su historia, procedente de México

Los inspectores de la Administración Financiera de la Oficina de Aduanas de Nitra confiscaron 1,5 toneladas de Pervitín, un estimulante derivado de la metanfetamina.
Se trata de la mayor cantidad de droga incautada en Eslovaquia: un lote masivo de drogas por valor de dos mil millones de euros, escondido en el doble fondo de dos grandes contenedores de metal para líquidos, procedentes de México.
La carga fue descubierta gracias al perro antidroga Hutch en el almacén de una compañía de envíos en el parque industrial de Nitra, poco después de la llegada de los contenedores desde el puerto croata de Rijeka. Según las autoridades, el comprador es un ciudadano húngaro de origen búlgaro y las drogas debían entregarse en Bratislava después del control de aduanas y luego venderse en toda la Unión Europea.
La NAKA, la agencia anticrimen eslovaca, ha abierto una investigación sobre este caso.

El Pervitín, la droga de los soldados nazis

El Pervitin, una sustancia stupefaciente desarrollada en 1937 en el laboratorio farmacéutico de la firma alemana Temmler. Siendo un derivado de la metanfetamina, provocaba subida de adrenalina y autoconfianza y por eso fue diseñado para combatir el cansancio, el dolor, el sueño y el estrés.
Desde 1938 el Pervitín fue comercializado en forma de pastillas y nadie lo consideraba como una droga peligrosa, sino sólo algo equiparable al café. El médico militar Otto Ranke, director del Instituto para la Defensa de Fisiología General y de la Academia de Medicina Militar de Berlín, en 1939 probó el Pervitin en un centenar de estudiantes universitarios. Tras lograr buenos resultados propuso su aplicación en los soldados durante la campaña de Polonia. Los aviadores conocían el Pervitin como Stuka-Tabletten o Hermann-Göring-Pillen.

De esta manera, se suministraron 35 millones de tabletas de Pervitín como estimulante y el fármaco demostró su eficacia especialmente en la primera fase de la guerra, en las invasiones de Polonia y Francia, y en situaciones extremas. Por ejemplo, en 1942 se suministró en el frente oriental a medio millar de soldados alemanes extenuados por el frío y perseguidos por el Ejército Rojo. Hay testigos que afirman que incluso Rommel tomaba el Pervitín cada día y su uso fue popular también entre los japoneses y los aliados.

Después de la segunda guerra mundial, el Pervitín siguió consumiéndose como antidepresivo, para reducir la sensación de hambre, para mantenerse despiertos y trabajar o estudiar. Solo en los años 70 este fármaco fue declarado ilegal.

En 2016 el periodista Norman Ohler, tras cinco años de investigación en archivos alemanes y estadounidenses, publicó El gran delirio, un libro que se ocupa de una dimensión poco conocida del régimen nazi: la importancia del uso creciente de drogas en la sociedad nacionalsocialista.
Además de profundizar en la drogadicción de Adolf Hitler, quien utilizaba hasta 74 diferentes sustancias estimulantes, el autor utiliza fuentes inéditas para demostrar la difusión del uso de metanfetamina entre la población alemana y las tropas nazis. Durante las campañas de la guerra relámpago, la llamada blitzkrieg, la suministración de este tipo de droga permitió a los soldados y las tripulaciones de los carros de combate no dormir durante días, afrontar el estrés, aumentar la concentración y la voluntad de asumir riesgos.

Sin embargo, durante la invasión de Francia el peligro de las pastillas de Pervitín quedó patente, pues muchos oficiales perdieron la vida por usar este fármaco de forma excesiva.
El Pervitín es una metanfetamina que provoca un estado constante de tensión, graves alteraciones nerviosas y alucinaciones visuales y auditivas, especialmente en los jóvenes. En el largo plazo, hay el riesgo de que una persona sufra un brote psicótico cuando el consumo es constante.

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Foto: Finančná správa (Fb)
Jan Wellen (CC BY-SA 3.0)

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