En 2019, la producción de vehículos de pasajeros en las plantas de Volkswagen, Kia Motors, Grupo PSA y Jaguar Land Rover superó los 1,1 millones de unidades, según datos de la Asociación Eslovaca de la Industria Automotriz (ZAP).
En los últimos tres años se registró un ligero aumento: las fábricas eslovacas produjeron 1.025.000 automóviles en 2017 y 1.080.000 en 2018.
Eslovaquia también mantiene su récord mundial de coches producidos por cada mil habitantes: 202 vehículos, cuatro más que el año pasado.
En cuanto al mercado de automóviles, en 2019 se vendieron más de 101 mil vehículos nuevos.
El sector automotriz, que es considerado el pilar fundamental de la industria eslovaca, emplea a un total de 275.000 personas, incluyendo alrededor de 98.000 trabajadores en la cadena de suministro. En 2019 contribuyó al 49,5% del PIB industrial total, con un aumento del 2,9% en comparación con el año anterior, y al 46,6% de las exportaciones (+ 35%).
Se trata de datos que, por un lado, muestran el éxito de la industria automovilística eslovaca, por otro confirman la perplejidad de los analistas sobre la excesiva dependencia económica del país del sector automotriz.
Eslovaquia produce demasiados automóviles en la fase final del montaje. Y este tipo de producción no solo no aporta un gran valor agregado, sino que expone a la economía del país a serias repercusiones dada la desaceleración económica mundial y la reducción de la demanda en los principales mercados de exportación.
Por otro lado, los representantes de ZAP señalan que la adopción de medidas gubernamentales como el aumento de la compensación por trabajo nocturno y durante los fines de semana y el aumento del salario mínimo han llevado a un incremento del costo de la mano de obra que, junto con la falta crónica de mano de obra calificada, influyó negativamente en los niveles de competitividad del sector.
El gobierno ha tomado medidas para facilitar la contratación de trabajadores extranjeros, pero según ZAP esto no es suficiente: se debe promover la flexibilidad laboral, asegurando una mayor movilidad en el mundo del trabajo.
Según la recomendación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Eslovaquia también debe cambiar su sistema educativo, invertir más en innovación y mejorar las habilidades de los trabajadores, dado que una cuarta parte de la fuerza laboral del país no tiene las competencias digitales avanzadas requeridas por la industria 4.0.
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Foto: Volkswagen Slovakia (Fb)
Kia Motors
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