La ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Gabriela Matečná, ha anunciado que 17 tipos de carne brasileña no cumplen con los estándares requeridos en el mercado local, según el reporte de los inspectores sanitarios de alimentos. Por ello ha sido suspendida la venta de 327 productos cárnicos, mientras que continúan los controles sobre decenas de muestras.
Las principales irregularidades se encuentran en los grandes minoristas y en los almacenes, que ahora se enfrentarán a procedimientos judiciales. Todavía no se han concluido las pruebas dirigidas a revelar la presencia de conservantes nocivos y la salmonela.
La ministra recomienda a todos los consumidores que lean cuidadosamente las etiquetas de los productos cárnicos para verificar su origen.
El escándalo de la carne vencida y “maquillada” sacudió varias empresas cárnicas brasileñas: algunos productores sobornaron a fiscales sanitarios para que autorizaran la venta de carne podrida, adulterada para la venta con productos químicos o que no cumplen con los requisitos para el consumo.
El escándalo alcanzó dimensiones internacionales, llevando a una veintena de países a anunciar restricciones temporales a las importaciones de las carnes brasileñas.
Esto puede costarle a Brasil, el mayor exportador mundial de carne bovina y de pollo, un 10% de su mercado externo y pérdidas en torno a los 1.500 millones de dólares anuales.
En comparación con el mes anterior, el valor medio de los embarques de carne brasileña al exterior cayó un 3,7%.
Brasil exporta sus productos a la Union Europea hasta el 80% a través de los Países Bajos. Eslovaquia importa de Brasil cantidades relativamente grandes de carne: unas 240 toneladas anuales de carne y unas 9.000 toneladas de pollo.
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Foto: Pixabay
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