La República Eslovaca está situada en un importante cruce de rutas comerciales y de encuentro entre culturas. Bratislava, en tiempos prehistóricos, estaba ubicada en medio de dos caminos, el camino del Danubio y la Ruta del Ámbar, que conectaba los países del Báltico con el Mar Adriático y era la segunda via más importante después de la ruta de la seda.
La primera cultura conocida en la región eslovaca es la Celta (V-siglo – I a. C.), que ha dejado sus huellas con ciudadelas fortificadas en Bratislava, Smolenice y Plavecké Podhradie. Después de los Celtas llegaron las tribus germánicas que emigraron hacia el sur.
En la época romana la zona eslovaca era la frontera oriental del imperio en el Danubio. En Rusovce, ubicada a pocos kilómetros al oeste de Bratislava, se erguía el fuerte auxiliar de Gerulata, que formaba parte de la cadena de puestos militares construidos en el sector panónico para defender el limes del Danubio de los ataques de los alemanes, que ocupaban la otra orilla del río. La fortaleza, conocida por documentos y mapas antiguos, fue descubierta por los arqueólogos solo en el siglo XX.
El emperador Marco Aurelio escribió parte de sus memorias en Eslovaquia durante las guerras marcomanas, emprendidas contra las poblaciones alemanas-sarmaticas de la Europa continental (aproximadamente 167-189 d.C.).
Entre el final del siglo V y el comienzo del VI siglo d.C. llegaron desde las llanuras de Ucrania algunas tribus nómadas que pronto ocuparon gran parte del continente europeo.
En la primera mitad del siglo VII Eslovaquia se convirtió en parte del Reino de Samos, una confederación de tribus eslavas fundada por el comerciante franco Samo, protagonista de guerras exitosas contra los Ávaros. El reino, sin embargo, no sobrevivió a su soberano.
En el siglo IX los eslavos formaron su primera entidad política, la Gran Moravia. Gracias al aporte de los hermanos evangelizadores Cirilo y Metodio, el cristianismo se extendió entre la población local y la lengua eslava antigua fue reconocida como la cuarta lengua litúrgica después de latín, griego y hebreo.

Al final del siglo IX llegaron desde las estepas de Asia jinetes y guerreros húngaros o magiares, que después de una fase inicial de saqueo de las ciudades, poco a poco se convirtieron en la clase dominante. En el siglo XI el rey San Esteban, el primer soberano convertido al cristianismo, creó el reino de Hungría. En ese entonces, los asentamientos eslovacos se extendían a toda la zona septentrional de la actual Hungría, mientras que los húngaros se asentaron en el sur de Eslovaquia. A partir de ese momento la historia de Eslovaquia siguió vinculada al reino de Hungría.
En 1526 en Mohacs, a 200 km de Budapest, las tropas imperiales sufrieron una gran derrota a manos de los turcos otomanos que avanzaban hacia el centro de Europa. En esta batalla perecieron el rey Luis II de Hungría y gran parte de la nobleza húngara. Al no ser posible la defensa de Budapest, la Reina María de Habsburgo huyó en Bratislava. Aquí la nobleza eligió como rey Fernando I de Habsburgo, hermano de la reina y del emperador Carlos V. En 1536 Bratislava se convirtió en la capital de Hungría: hasta 1830 fueron coronados en la catedral de San Martino once reyes y reinas, entre ellos María Teresa de Austria.
En julio de 1918, el país se unió a Bohemia y Moravia, constituyendo la Checoslovaquia, junto con los checos, con una fuerte connotación anti-húngara. El 14 de marzo de 1939, poco antes de la rápida adquisición de los Sudetes por el Tercer Reich, el Parlamento eslovaco declaró su independencia. Se estableció un régimen conservador dirigido por el sacerdote católico Jozef Tiso, quien se convirtió en el Presidente de la República y Secretario del Partido Popular Eslovaco de Hlinka, fundado por el abad Andrej Hlinka, defensor de la autonomía eslovaca. Así nació la Primera República Eslovaca.

Después de la Segunda Guerra Mundial Eslovaquia entró en el área de influencia de la Unión Soviética, como miembro del Pacto de Varsovia, y perdió su independencia. Checoslovaquia se reconstituyó, aunque con la pérdida de la Rutenia anexionada a Ucrania, que en ese entonces integraba la Unión Soviética.
La llegada al poder de Alexander Dubček, partidario del «socialismo con rostro humano», dio comienzo a la denominada «Primavera de Praga» en 1968. Sin embargo, la esperanza de cambio se apagó con la invasión soviética que se llevó a cabo en la noche entre el 20 y el 21 de agosto del mismo año. Entre 1969 y 1990, la República tomó el nombre de República Socialista Eslovaca, entrando en la República Federal Checa y Eslovaca.
En noviembre de 1989, la «Revolución de Terciopelo» derrocó al gobierno comunista en Checoslovaquia. Así comenzó una nueva fase en la historia de Eslovaquia. El 1 de enero de 1993 se hizo oficial la división pacífica de Checoslovaquia en Eslovaquia y República Checa, conocida como el «divorcio de terciopelo». En mayo de 2004, Eslovaquia se adhirió a la OTAN y a la Unión Europea. En 2009 adoptó el euro como moneda oficial.

Fotos:
Castillo de Devin-Bratislava (Squicker cc-by-nc-nd)
Mapa de la Gran Moravia (Wikipedia cc-by-sa)
Mapa de la Checoslovaquia 1920-1928 (Wikipedia cc-by-sa)