Estudio: los eslovacos siguen teniendo miedo a la vacunación

Los eslovacos siguen teniendo miedo a la vacunación contra el Covid-19 y el temor a los efectos secundarios producidos por la vacuna supera su sentido de la solidaridad y la voluntad de proteger a sus seres queridos. Detrás de las razones del bajo nivel de vacunación entre la población hay también las dudas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas.
Así se desprende de un estudio realizado por un equipo de científicos del Instituto de Psicología Experimental del Centro de Ciencias Sociales y Psicológicas de la Academia Eslovaca de Ciencias, basado sobre los datos publicados por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).

Estos datos revelan que el 72,6 por ciento de la población adulta que vive en la UE o en el Espacio Económico Europeo (EEE) ha completado la pauta de vacunación y el 78,8 por ciento recibió al menos una dosis de la vacuna contra el Covid-19.
Eslovaquia resulta ser uno de los países de la Unión Europea con una tasa de vacunación más baja, ya que solo el 52,4 por ciento de los adultos recibieron una dosis y apenas el 51,1 por ciento han completado la vacunación. Esto significa que casi la mitad de la población no está interesada en la vacunación.
Los únicos países cuya tasa de vacunación resulta ser más baja son Rumania y Bulgaria: las personas que recibieron la primera dosis representan el 33,9 y el 23,9 por ciento de la población adulta, respectivamente.

Los científicos de SAV decidieron analizar las razones del alto nivel de escepticismo de la población eslovaca hacia las vacunas contra el Covid-19 después de la segunda ola de la pandemia que ha golpeado duramente al país.
Tal y como ha explicado Magdalena Adamus, del Instituto de Psicología Experimental, la vacunación en general es uno de los beneficios más importantes de la ciencia moderna, pero su eficacia depende del número de personas vacunadas. Por eso, la vacunación puede ser considerada «una forma de pacto social y una obligación moral para proteger a los más vulnerables», agregó, ya que protege no solo a la persona vacunada sino también a otras personas.

«Nuestro hallazgo más importante es que el temor a la vacuna y sus efectos secundarios no solo supera al miedo a la enfermedad en sí, sino también a las tendencias altruistas que se puedan tener», ha explicado la investigadora.
«A pesar del alto grado de altruismo y el interés sincero en los demás y su salud, la actitud ante la vacunación estuvo más influenciada por reacciones emocionales a los efectos secundarios de la vacuna y la falta de capacidad para evaluar la seguridad y eficacia de las vacunas», agregó.

“La investigación muestra que las campañas de vacunación basadas en la solidaridad con los demás solo pueden ser efectivas si las personas tienen suficiente información confiable y consideran que los riesgos asociados a la vacunación son bajos. «De lo contrario, las emociones, en particular el miedo, toman el control», advierte la psicóloga.

Según ella, muchos no tienen los conocimientos necesarios para poder evaluar artículos científicos o estudios clínicos y creen facilmente a las noticias falsas. “Si queremos aumentar la disposición de las personas a vacunarse, debemos reducir su miedo con información clara a través de diferentes canales informativos, capaces de llegar a la mayor cantidad de personas posible”, concluyó Magdalena Adamus.

__________________

Foto: FRANK MERIÑO CC0
 

Sé el primero en comentar

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.