Eslovaquia ocupa el lugar 48 en el estudio “Paying Taxes 2019” sobre el sistema de pago de impuestos, realizado por la red de consultoría internacional PwC en colaboración con el Banco Mundial.
El estudio analiza los regímenes fiscales de 190 países de todo el mundo y su impacto en las empresas, en función de cuatro conceptos clave: la tasa total y la tasa de contribución, el tiempo total necesario para cumplir con las obligaciones fiscales, el número de pagos y el índice posterior a la declaración de renta (Post-Filing index).
El informe presenta la evolución de la carga tributaria de las empresas a lo largo de los años siempre usando casos de estudio de pymes.
En la evaluación general del sistema tributario Eslovaquia ha mejorado una posición con respecto a 2017 gracias a la disminución de impuestos y deducciones en un 1,9 %. Sin embargo, dentro de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) la carga tributaria total para los empleadores resulta ser las más alta (65%).
En el Grupo de Visegrado, Eslovaquia ha perdido su posición como líder siendo superada por la República Checa, que ha ganado 8 posiciones pasando del puesto 53 al 45 gracias a una reducción del tiempo para cumplir con las obligaciones tributarias y una reducción moderada de las cargas fiscales.
En el grupo de Visegrado, Polonia ocupa el lugar 69 en la clasificación perdiendo 18 puestos. Hungría se sitúa muy por debajo en comparación con los demás países, ocupando el puesto 86.
¿Qué medidas y cambios legislativos podrían ayudar a Eslovaquia a mejorar su posición en el ranking? Según Christiana Segurová, asociada de PwC, además de la implementación de proyectos de informatización de la administración fiscal, es necesaria una mayor reducción de la carga fiscal sobre el trabajo y la simplificación de todo el sistema tributario.
Eslovaquia podría tomar ejemplo especialmente de los países bálticos, que se sitúan en los primeros puestos de la clasificación debido a la introducción de reformas y la digitalización de la administración tributaria. Hay países como Moldavia, Georgia, Azerbaiyán o Macedonia que han reformado profundamente sus administraciones y sistemas tributarios y por eso se sitúan por delante de Eslovaquia, agregó Segurová.
Mientras las empresas de Estonia necesitan 50 horas para cumplir con sus obligaciones fiscales, en Eslovaquia las empresas dedican 192 horas a la burocracia fiscal (de toda manera este es el dato más bajo dentro del grupo de Visegrado).
El porcentaje de impuestos que pagan de media las empresas en todo el mundo se sitúa en el 40,4%. En Eslovaquia esta media aumenta hasta el 49,7%, una cifra que también está por encima de la media de la UE, situada en el 41,4%.
Irlanda, Dinamarca y Finlandia son los países de la Unión Europea que recibieron la mejor evaluación fiscal. El país de la UE donde es necesario emplear menos tiempo para pagar impuestos es Luxemburgo, con 55 horas (seguido por Irlanda, Noruega y Finlandia), mientras que en Bulgaria y la República Checa, con 405 y 423 horas, respectivamente, el proceso burocrático es el más largo.
El informe Paying Taxes muestra también hasta qué punto las nuevas tecnologías, si se implementan de manera estratégica, pueden mejorar la eficiencia de la recaudación de impuestos tanto por parte de las autoridades fiscales como de las empresas. Los autores del documento señalan, sin embargo, que la introducción de la tecnología por sí sola no conduce automáticamente a la mejora del sistema tributario, que debe ser simple, coherente y bien administrado. Facilitar la recaudación y el pago de impuestos puede permitir al Estado aumentar los ingresos fiscales sin aumentar los impuestos.
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Foto: yourschantz CC0
V4 – Visegrad group (Fb)
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