El proveedor global de calificaciones crediticias y análisis Fitch ha confirmado la calificación «A» de Eslovaquia y ha revisado la perspectiva de negativa a estable.
La nueva y mejorada valoración refleja algunos factores clave, como las exportaciones competitivas, la entrada estable de inversión extranjera directa y de capital de la UE, así como un sector bancario bien protegido con una sólida calidad de activos.
La Agencia también destaca que el Plan de Recuperación y Resiliencia contribuirá cada vez más al crecimiento del PIB hasta alcanzar su punto máximo en 2024. De hecho, el flujo de estos recursos debería contribuir a un crecimiento medio del PIB del 1,4% durante los próximos dos años.
La revisión de las perspectivas tuvo en cuenta la mejora de las finanzas públicas gracias al fuerte crecimiento de los ingresos (+1,5 puntos porcentuales del PIB), que superó las expectativas del gobierno, y la mayor confianza en la recuperación económica.
Las predicciones de Fitch sobre el futuro de las finanzas públicas y la economía eslovaca
Fitch calcula que el déficit de las administraciones públicas disminuirá gradualmente del actual 5,6% del PIB al 3,5% en 2023.
La deuda pública general, después de alcanzar un pico del 63% en 2021, bajará al 60% en el período 2022-2023, de acuerdo con las estimaciones del gobierno.
El consumo de los hogares debería aumentar en promedio un 4,7% anual en 2021-2023, favorecido por la recuperación del mercado laboral y la disminución de la tasa de desempleo (7% en septiembre).
El crecimiento de la inversión, según Fitch, será particularmente fuerte en 2021-2023, con un promedio anual de 9,5%. “Un factor que podría influir positivamente en el desarrollo futuro de la calificación crediticia eslovaca es la capacidad del gobierno para mantener una sólida tendencia bajista en la deuda pública en el mediano plazo», señala Fitch.
La situación económica actual en Eslovaquia se caracteriza por un ligero crecimiento, que se puede observar sobre todo en el sector minorista gracias a la recuperación de la demanda privada.
Sin embargo, quedan sombras en el sector automotriz, que ha experimentado un declive debido a la escasez global de semiconductores y otros componentes. Al final del primer semestre de este año, la producción de automóviles disminuyó en aproximadamente un 9,8% en comparación con el primer semestre de 2019.
Sin embargo, se espera que el sector siga siendo ampliamente competitivo en términos de costos, gracias a una buena infraestructura, políticas gubernamentales favorables y una relativa proximidad a los principales mercados de exportación, ubicados principalmente dentro de la UE, aunque la suspensión temporal de las actividades productivas continuará al menos hasta el primer semestre de 2022.
En el largo plazo, además, Eslovaquia tendrá que afrontar la transición a la producción de coches eléctricos para adaptarse a los cambios regulatorios y la demanda de los consumidores.
Fitch advierte sobre los riesgos de la excesiva dependencia del país del sector automotriz, que representa el 13% del PIB, el 50% de la producción industrial y el 24,2% de las exportaciones. De hecho, esto podría convertirse en un factor de vulnerabilidad para la economía eslovaca en el largo plazo.
Otro elemento de incertidumbre que pesa sobre el crecimiento futuro de Eslovaquia es el impacto de la nueva ola pandémica durante el invierno, con un número creciente de distritos negros y una tasa de vacunación de la población del 42%, muy inferior a la media de la UE (64,8%).
Las autoridades eslovacas acogieron con satisfacción el informe de Fitch. “La última evaluación de la agencia es realmente una buena noticia para Eslovaquia. Mejorar las perspectivas es una apreciación de nuestro enfoque responsable de las finanzas públicas», dijo el secretario de Estado del Ministerio de Finanzas, Marcel Klimek.
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Foto: Gideon Benari (CC BY 2.0)
Ministerstvo financií SR (Fb)
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