Después de la opinión negativa de la agencia de calificación Moody’s sobre el sistema bancario eslovaco por la presencia de factores de riesgo como el endeudamiento de las familias y la dependencia significativa de la economía eslovaca de las exportaciones, la agencia estadounidense Fitch también revisó a la baja su calificación de Eslovaquia.
La rebaja de “A +” a “A” con una perspectiva estable refleja el impacto del coronavirus en la economía del país. Según los analistas de Fitch, se espera que el producto interno bruto caiga al 10% este año, el déficit gubernamental alcanzará el 7,7% del PIB, mientras que la relación deuda pública / PIB será del 59,9%. Se trata de un nivel de deuda por encima del umbral establecido por la regla del llamado “freno de la deuda” eslovaca (57% del PIB), pero Fitch no cree probables las sanciones debido al carácter extraordinario de la crisis económica.
La demanda externa será significativamente más débil y las restricciones a las actividades económicas provocarán una caída en la demanda interna. Con el relajamiento gradual de las medidas restrictivas, a mediados de mayo, Fitch espera una recuperación económica a partir del segundo semestre de este año, aún más marcada en 2021 (+ 6,8%).
La industria automotriz, que representa el 13% del PIB de Eslovaquia y aproximadamente una cuarta parte de las exportaciones, después de la parada forzada de la producción, está reiniciando gradualmente las operaciones, pero las inversiones planificadas para la expansión de la capacidad estarán sujetas a la incertidumbre general de la demanda extranjera y la contracción de los mercados de venta.
El gobierno ha anunciado medidas de apoyo de alrededor del 6% del PIB, incluido el esquema alemán de reducción de la jornada de trabajo (Kurzarbeit), que representará el 1,6% del PIB esperado para 2020, mientras que la introducción de la decimotercera mensualidad tendrá un costo estimado de 0,7% del PIB. Fitch espera que la recesión económica se traduzca en una disminución del 10,5% en los ingresos del Gobierno este año, equivalente a 1,1 puntos porcentuales del PIB.
El rating de Fitch puede verse como una advertencia y, al mismo tiempo, un desafío para Eslovaquia, que tendrá que implementar un plan creíble para consolidar las finanzas públicas tan pronto como termine la fase más aguda de la emergencia. La consolidación de las finanzas públicas debe convertirse en «una cuestión de honor nacional», dijo el ministro de Finanzas, Eduard Heger (OĽaNO), quien no escatimó críticas a la gestión de las finanzas públicas del pasado gobierno liderado por los socialdemócratas (Smer). No se crearon reservas para tiempos difíciles; por el contrario, se acumuló una deuda pública de casi 25 mil millones de euros, es decir más de 8.000 euros per cápita.
Sin embargo, también hay buenas noticias. Tal como señaló el ministro Heger, la semana pasada se emitieron dos bonos del Tesoro a 5 y 12 años que despertaron un fuerte interés en casi 500 inversores, lo que demuestra la confianza en el Gobierno eslovaco. Se trata del préstamo más grande en Eslovaquia hasta la fecha – 4 mil millones de euros – y también la mayor venta de bonos del Estado en Europa Central y del Este.
Fitch predice que el sector bancario eslovaco bien capitalizado podrá resistir ampliamente la severa crisis económica.
En cuanto a la situación política, a pesar de las diferencias ideológicas entre los socios de la nueva coalición, la agencia de calificación evalúa positivamente el grado de estabilidad del Gobierno eslovaco.
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Foto: Gideon Benari (CC BY 2.0)
Eduard Heger (Fb)
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