(Natália Božiková). Cuando Austria-Hungría dejó de existir, Eslovaquia se encontraba en una situación muy difícil. Compartiendo un Estado con los Checos pasó por muchos cambios, perdió una parte considerable de los territorios, sufrió la represión del régimen de Adolf Hitler y la traición de sus aliados. En el camino hacia la autonomía el país tuvo que enfrentarse a varios problemas armado con coraje y precaución.
La historia de Eslovaquia en aquellos tiempos nos contará el doctor Marek Syrný PhD., historiador del Museo de Levantamiento Nacional Eslovaco en Banská Bystrica.
P. ¿Por qué Eslovaquia empezó a hacer esfuerzos por la autonomía en el año 1930?
R. Los primeros intentos por conseguir la autonomía en Eslovaquia se remontan a mucho tiempo antes, pero en el año 1930 fueron mucho más intensos. Los radicales ponían más énfasis en ellos porque se dieron cuenta de que no habían logrado muchos resultados después de 10 años de política eslovaca autonomista tranquila.
El inicio de los intentos de autonomía en Eslovaquia era conseguir al menos la federación, según lo establecido por el tratado de Cleveland o de Pittsburgh. Más tarde la política del Partido Popular de Hlinka (HSĽS) trató de lograr casi la confederación, eso significa que las dos partes principales – Eslovaquia y los países Checos tendrían en común unos 3 o 4 ministerios, pero a parte de eso se administrarían de manera independiente.
Incluso en la última propuesta de la ley sobre la autonomía, ya estaba previsto que Eslovaquia tuviera también su propia política internacional. Obviamente, si un país tiene dos políticas internacionales diferentes, el fraccionamiento solo es cuestión de tiempo. Por eso el gobierno central en Praga rechazó estas intenciones y tuvo una reacción muy negativa a ellas.
P. ¿Qué significó para Eslovaquia la llegada de Adolf Hitler al poder?
R. Checoslovaquia también sobre la base de las proclamaciones públicas de Adolf Hitler se daba cuenta de que él intentaría anexar el territorio checoslovaco de cualquier manera o romper Checoslovaquia internamente y después anexar las partes en las que estaba interesado. Alemania abandonó la Sociedad de las Naciones y en el bienio 1935–1936 Hitler empezó a movilizar sus tropas.
Ocupando la zona desmilitarizada violó el Tratado de Versailles y, en circunstancias normales, Francia e Inglaterra deberían tomar medidas como “protectores” de ese sistema, incluso de manera militar. Era obvio que Adolf Hitler era demasiado atrevido y nadie trataba de detenerle. Checoslovaquia empezó a prepararse para defenderse trasladando la industria de las armas de las zonas fronterizas checas a Eslovaquia. En esos años se empezaba a construir la fábrica de armas en Považská Bystrica y Dubnica. En Eslovaquia se estaba formando la industria estratégicamente importante, principalmente la industria de armas y química.
El problema era que no se estaban construyendo fortificaciones en las fronteras con Austria, ya que Austria se consideraba un país amigo. Pero en marzo 1938 Alemania anexó a Austria en lo que se conoce como el Anschluss y así quedó toda la parte del sur de Chequia sin protección. Se hicieron grandes preparativos, especialmente con respecto al ejército: aumentaba el número y los tipos de tanques, se reforzaba la industria importante en caso de guerra, etc.
Se pusieron en marcha también las acciones diplomáticas. Era obvio que ni Francia ni Gran Bretaña iban a defender con vehemencia a Checoslovaquia. Por eso Checoslovaquia firmó el tratado con la Unión Soviética aunque tenía el régimen bolchevique, es decir, no era un país democrático sino comunista. El presidente checoslovaco Edvard Beneš se daba cuenta de que la Unión Soviética era prácticamente la única potencia que podía militarmente contrapesar a la agresiva Alemania.
P. ¿Qué era el llamado “Caso verde” (Fall Grün)?
R. El Caso Verde era un plan operativo secreto para una posible intervención de Checoslovaquia elaborado en el año 1937. El nombre “Verde” indica un país hipotético (Checoslovaquia) al cual los Alemanes llamaron “Verde” y contra al cual programaron un ataque el 28 de septiembre de 1938. Obviamente los Alemanes sabían que Checoslovaquia estaba armándose para el conflicto bélico y que iba a ser fuerte. Los Alemanes veían que la agresión japonesa contra China o la agresión italiana contra Etiopía en el año 1936 no fue castigada de ninguna manera. También se daban cuenta de que Checoslovaquia estaba conectada con Francia y también con la Unión Soviética. Pero tenían esperanza que si solo avisaran a Checoslovaquia que irían a luchar contra ellos, Checoslovaquia capitularía.
Formaba parte del plan la idea de que la minoría alemana en Checoslovaquia se radicalizaría, empezaría a armarse, provocaría disturbios internos y así debilitaría internamente el país. En caso de que el gobierno checoslovaco tomara medidas policiales, Berlín habría intervenido para proteger a la minoría alemana.
El Caso Verde al final fue abandonado completamente, porque durante los Acuerdos de Múnich las potencias democráticas voluntariamente y sin ningún conflicto militar cedieron entregar a Hitler la región de los Sudetes. El gobierno checoslovaco tuvo que entregar los territorios fronterizos habitados mayormente por la población alemana sin resistencia alguna a Alemania.
P. ¿Qué significaron para Checoslovaquia los Acuerdos de Múnich del 29 de septiembre de 1938?
R. Con la invasión alemana de Austria, las fronteras del sur de Chequia quedaron muy vulnerables y Berlín pudo intensificar su presión hacia Praga. Hitler usaba contra los Checos el hecho de que un tercio de los 10 millones de los habitantes de Chequia eran Alemanes que vivían en su gran mayoría en las regiones fronterizas. Adolf Hitler hacía alusiones constantes a la opresión de estos alemanes por parte de los checos y del gobierno central. Por eso, tenía que rescatarles como “sus hermanos”.
En Alemania en aquella época las teorías nazistas estaban profundamente arraigadas. El país estaba lleno de ideas sobre un gran imperio alemán y sobre la unión de todos los Alemanes que se encontraban en Europa. Este pensamiento podríamos caracterizarlo con la siguiente frase: “Nosotros somos la nación más grande de Europa y deberíamos dominar toda Europa central…”
Aunque Adolf Hitler en Alemania tenía un fuerte apoyo popular, sus líderes militares estaban preocupados por la idea de un conflicto a gran escala. Hitler logró ocupar Renania, movilizaba tropas y ningún país se opuso. Esto le aumentó la confianza en sí mismo y convenció a sus generales que era posible ir hasta el punto límite. Hitler usó la llamada “estrategia de rebanado de salami” (segmentación de la oposición, NdR). Primero logró la autonomía en los territorios fronterizos checos (Sudetes) en el septiembre de 1938, pero quería más. Quería que el gobierno checoslovaco satisficiera también las exigencias territoriales de Polonia y Hungría.
Sin embargo, eso ya era demasiado para Checoslovaquia, y en la segunda mitad de septiembre el país empezó a prepararse para la guerra. Los franceses e ingleses también admitieron que Hitler había enterrado el tratado de Versailles. Pero nadie podía imaginar que en el centro de Europa estallaría una guerra. A nadie le molestaba que se luchara en China o en Etiopía, ya que esto ocurría fuera de Europa. También la Guerra Civil en España se consideraba como un conflicto periférico; además se luchaba dentro del país y no había preocupaciones que se produciera un conflicto más grande. A las potencias occidentales no les interesaba sacrificar cientos de miles de sus soldados solo para defender a Checoslovaquia.
Los jefes de Gobierno de Gran Bretaña y Francia, los dictadores Hitler y Mussolini se reunieron en la cumbre de Múnich, donde sin la presencia de Checoslovaquia negociaron el asunto. La delegación checoslovaca no estaba presente (al presidente checo Edvard Beneš se le impidió estar presente en la sala de negociaciones), porque si estuviera presente exigiría sus objetivos y así se complicaría toda la negociación.
El resultado de la conferencia fue la aceptación de las propuestas de Hitler por parte de las potencias europeas: Checoslovaquia entregaría a Alemania los territorios de los Sudetes. En otras palabras, Adolf Hitler con la ayuda de Benito Mussolini y con el permiso de Francia y Gran Bretaña logró despojar fatalmente a Checoslovaquia, que sufrió grandes detrimentos económicos y quedó indefendible. No podemos ni hablar del trauma que significó esa pérdida territorial y esa derrota diplomática internacional para la sociedad checoslovaca, y principalmente los checos.
(continúa)
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Foto:
El gobierno autónomo de Eslovaquia encabezado por Jozef Tiso, los Acuerdos de Múnich: Neville Chamberlain, Edouard Daladier, Adolf Hitler, Benito Mussolini (Cortesía del museo SNP en Banská Bystrica)
Adolf Hitler, Bundesarchiv CC BY-SA 3.0 de
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