El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Mathias Cormann, presentó ayer los resultados del informe económico sobre la República Eslovaca durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro Eduard Heger.
Eslovaquia, tras incorporarse a la OCDE en 2000, fue uno de los países con mayor crecimiento económico: en los últimos 20 años, la renta per cápita real se ha duplicado. Actualmente tiene un gran potencial para fortalecer la economía, aumentar los empleos y crear mejores oportunidades en el futuro, señaló Cormann.
Sin embargo, el informe de la OCDE muestra que tras la profunda recesión de 2020, persisten varias incertidumbres sobre la recuperación económica a corto plazo, provocadas no solo por las frecuentes interrupciones del suministro en el sector industrial – especialmente en la automoción -, sino también por el aumento de los contagios y la baja tasa de vacunación de la población.
Cormann enfatizó que con menos de la mitad de los eslovacos completamente vacunados, la prioridad actual del país es fortalecer la campaña de vacunación y administrar la dosis de refuerzo. «La vacunación salva vidas, reduce la carga sobre el sistema de salud y también reduce la necesidad de un nuevo confinamiento», dijo Cormann.
Cualquier restricción adicional y una absorción más lenta de los fondos estructurales de la UE podrían debilitar la recuperación económica y el crecimiento de la inversión esperados para los próximos dos años. Según estimaciones de la OCDE, se espera que la economía eslovaca crezca un 5 % en 2022 y un 4,8 % en 2023.
El plan de recuperación de Eslovaquia es ambicioso, pero la enorme entrada de fondos europeos no será suficiente para fortalecer la economía sin mejorar la gestión de las licitaciones públicas y la inversión del Estado. El país deberá implementar en el mediano y largo plazo una serie de reformas estructurales en los sectores de las pensiones, la salud y la asistencia social para enfrentar el rápido envejecimiento de la población y el consiguiente aumento del gasto público.
El número de personas mayores de 65 años se duplicará, mientras que la población en edad de trabajar se reducirá en un 20% para 2050, una de las disminuciones más rápidas dentro de la OCDE. Esto tendrá un fuerte impacto en la sostenibilidad fiscal y será un lastre para el crecimiento futuro, dijo Cormann.
La pandemia ha puesto de manifiesto la debilidad de algunos sectores, como el turismo, el comercio y la construcción, en los que tradicionalmente se emplean trabajadores temporales y trabajadores poco cualificados y por eso vulnerables (mujeres, jóvenes y minoría romaní).
El fortalecimiento de las competencias de toda la población junto con la recualificación de los trabajadores es el paso necesario para mejorar la empleabilidad de los grupos vulnerables, aumentar la productividad, hacer que la economía sea más resistente a futuros choques y prepararla para aprovechar al máximo la digitalización.
Entre las recomendaciones de la OCDE también figuran el apoyo público a las empresas interesadas en adoptar nuevas tecnologías, el aumento del gasto en investigación y desarrollo y la mejora del entorno empresarial.
Además, es esencial atraer trabajadores altamente calificados del extranjero y también atraer los eslovacos que se han trasladado a otros países por motivos de estudio. Al respecto, Heger recordó que el 17% de los universitarios eslovacos van a estudiar al extranjero. Este es un número enorme, más alto que el promedio europeo del 4-5%.
Eslovaquia debe emprender el camino del crecimiento más inclusivo y sostenible, fomentando la capacidad de innovación interna y dando los pasos necesarios para lograr una economía de cero emisiones.
________________
Foto: Eduard Heger – predseda vlády SR (Fb)
Deja un comentario