La catedral de hielo de los Altos Tatras: homenaje a Notre Dame y a nuestro patrimonio cultural

Una cita imprescindible con la magia invernal de los Altos Tatras y una de las atracciones más reconocidas y visitadas en Eslovaquia: la catedral de hielo, situada en la localidad de Starý Smokovec-Hrebienok a 1.285 metros sobre el nivel del mar. Sin duda, una de las maravillas de las montañas eslovacas.
Por séptima vez un equipo de 18 escultores de 5 países (Eslovaquia, Republica Checa, Polonia, Alemania y Lituania) liderados por el eslovaco Adam Bakoš, trabajaron 12 horas al día durante un mes, desafiando las dificultades creadas por un otoño inusualmente suave, para realizar la imponente basílica.

Este año la majestuosa obra de construcción es una copia perfecta de la fachada occidental original de la catedral de Notre Dame, el monumento símbolo de la arquitectura gótica francesa declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO y devastado por un incendio en abril de 2019. Se reconocen inmediatamente las dos torres principales del edificio, con sus vidrieras y sus tres entradas principales. Además, los efectos de la iluminación de colores crean una atmósfera mágica.
Los escultores utilizaron 1.880 bloques de hielo que pesan 225 toneladas para construir la cúpula principal de 11,5 metros de altura y 25 metros de diámetro. La temperatura interior oscila entre los -5°C y los -10°C.
Bakoš ha explicado que el verdadero desafío fueron los detalles, ya que Notre Dame es un edificio muy complicado, con muchos detalles góticos que es muy difícil realizar con hielo.
Los escultores han inmortalizado la belleza de este edificio gótico en una obra impresionante de hielo para que la gente pueda admirarla en su forma original. El mensaje profundo para los visitantes es muy claro: las obras de hielo, así como las obras de arte, constituyen un patrimonio precioso que nos pertenece a todos, porque representa nuestra identidad cultural. Por esta razón, es necesario que todos cuiden los monumentos culturales.