El conflicto ruso-ucraniano tendrá un impacto negativo en la economía eslovaca, que crecerá solo un 2,1% este año, menos de lo esperado. Así nos enteramos del informe del Instituto de Política Financiera (IFP) del Ministerio de Hacienda, relativo a las previsiones macroeconómicas para 2022.
Los analistas esperan no solo una disminución de las exportaciones a Rusia, Bielorrusia y Ucrania en el segundo trimestre, sino también una reducción de la demanda en la zona del euro y del Grupo de Visegrado.
El aumento continuo de los precios de la energía provocará un aumento de los precios de los bienes de consumo y los servicios, con la consiguiente disminución de la renta disponible y la reducción del consumo de los hogares. Según el IFP, la tendencia alcista de la inflación continuará durante los próximos años.
La industria seguirá caracterizándose por la escasez de semiconductores y problemas en la cadena de suministro.
La tasa de empleo mostrará sólo un ligero crecimiento.
También hay que considerar el gasto adicional del Estado para proporcionar bienes y servicios a los refugiados ucranianos, por un importe calculado en torno a los 158 millones de euros.
Los analistas pronostican que la recuperación económica podría darse en la segunda mitad del año. En 2023, el PIB podría crecer un 5,3%, gracias a la recuperación tras la pandemia y la absorción de fondos de la UE.
Sin embargo, aún existe una gran incertidumbre sobre la evolución de la guerra en Ucrania, lo que ha llevado a los analistas a elaborar también un escenario alternativo. De prolongarse el conflicto, sin duda habría consecuencias más graves para las exportaciones.
Otro factor de incertidumbre está vinculado al riesgo de una nueva ola pandémica.
___________________
Foto: Pixabay CC0
Deja un comentario