La denominada variante «inglesa» del COVID-19 ha sido detectada también en Eslovaquia. Así lo confirmó el pasado sábado en su página de Facebook el ministro de Salud Marek Krajčí, tras el resultado del análisis de las muestras extraídas hace unos días en los distritos de Michalovce, Nitra y Bratislava.
Dado que la nueva variante parece haberse ya extendido por todas las regiones del país, el ministro considera innecesario decretar el aislamiento de los distintos territorios. Sin embargo, será oportuno introducir restricciones más severas a largo plazo y reducir la movilidad interregional. Prevenir los contactos sociales entre las personas sigue siendo la única forma de frenar la propagación local del virus y ganar tiempo, ha declarado el ministro.
Krajčí dijo que las próximas semanas serán muy difíciles para los hospitales eslovacos, especialmente en Nitra, donde se reporta la peor situación. La pandemia ha revelado todas las limitaciones de un sistema de salud fragmentado y descuidado durante años. Ahora habrá que preparar más camas y algunos hospitales tendrán que transformarse en hospitales “rojos”, es decir estructuras para el tratamiento exclusivo del COVID-19.
El ministro también agregó que las medidas adoptadas hasta ahora por el gobierno ya no son suficientes en la lucha contra la variante del virus, que resulta ser mucho más contagiosa. En comparación con el virus original, la nueva cepa tiene una capacidad de propagación de un 70% mayor y un número de reproducción aproximadamente 0,4 mayor. Además, la carga viral es más alta entre los niños y las personas de hasta 60 años.
Sin embargo, cabe destacar que los síntomas clínicos y la tasa de mortalidad de la nueva variante no han cambiado en comparación con el virus original.
Debido a la mayor contagiosidad de la variante inglesa, el ministro anunció que será necesario someter a la población a pruebas de diagnóstico con mayor frecuencia.
El equipo de científicos que ha identificado la variante inglesa ha desarrollado recientemente una nueva prueba de RT-PCR capaz de detectar la nueva mutación con un nivel de confianza del 90%.
El equipo está formado por expertos de la compañía de biotecnología MultiplexDX fundada por Pavol Čekan, del Centro Biomédico de la Academia Eslovaca de Ciencias dirigido por el virólogo Boris Klempa, así como los profesores Joseph Nosek y Tomáš Vinař, respectivamente de la Facultad de Ciencias y la Facultad de Matemáticas, Física e Informática de la Universidad Comenius de Bratislava.
El monitoreo sistemático de las diferentes cepas del virus puede ayudar a rastrear las fuentes de los brotes locales, ayudar a explicar los cambios en la propagación de COVID-19 e identificar la aparición y propagación de mutaciones potencialmente peligrosas del virus, afirman los expertos de la Universidad Comenius.
Mientras tanto, el ministro Krajčí destacó que la situación epidemiológica está empeorando en toda Eslovaquia, con un número cada vez mayor de personas infectadas, hospitalizadas y víctimas. Cada día se registran casi tres mil nuevos casos de contagio y cerca de cien personas mueren por el coronavirus.
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Foto: Ministerstvo zdravotníctva SR (FB)
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