El 11 y 12 de julio de 2018 tendrá lugar en Bruselas la cumbre de líderes de los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en una fase crucial para su futuro.
La Alianza se ha adaptado bien a los acontecimientos decisivos de 2014, aumentando su compromiso en Europa del Este y Medio Oriente y forjando una asociación más estrecha con la Unión Europea. Sin embargo, para mantener su credibilidad como una alianza defensiva, la OTAN debe embarcarse en un proceso de adaptación de mayor alcance.
En su Informe para la Adaptación de la OTAN (GNAI) la organización no gubernamental eslovaca GLOBSEC presentó una serie de recomendaciones ante los representantes de los países miembros de la Alianza Atlántica. Se trata de un proyecto encaminado a explorar los desafíos que enfrenta la Alianza, con la finalidad de proporcionar soluciones innovadoras para una plataforma de estabilidad transatlántica más resistente, receptiva y eficiente. La iniciativa integra competencia política, conocimiento institucional, rigor intelectual y perspectivas industriales.
El informe está dedicado a la identificación tanto de los puntos débiles como de las tareas y objetivos futuros de la Alianza.
Para sentar las bases de una adaptación a largo plazo, los líderes de la OTAN deberían implementar una revisión de la estrategia que tenga en cuenta los rápidos cambios en la política internacional y el entorno de seguridad.
Entre los elementos clave de dicha estrategia, los Aliados deben:
– Considerar las nuevas realidades geoestratégicas, incluida la necesidad de disuadir a una Rusia revisionista y militarmente avanzada, y enfrentar las amenazas planteadas por estados como Corea del Norte.
– Fortalecer la postura de disuasión y defensa de la OTAN para evitar agresiones y conflictos, mejorar la preparación y la capacidad de respuesta de las fuerzas convencionales de la OTAN y modernizar los medios cibernéticos y las tecnologías emergentes.
– Fortalecer el papel de la OTAN en la lucha contra el terrorismo con la adopción de una eficaz estrategia de prevención de los ataques terroristas contra sus miembros. Si bien esto es principalmente una responsabilidad nacional y de la UE, la recientemente creada División Conjunta de Inteligencia y Seguridad (JIS) de la OTAN podría convertirse en un centro de intercambio de información sobre amenazas terroristas.
– Adoptar una nueva estrategia política para que la OTAN se relacione mejor con Rusia y al mismo tiempo ayudar a Ucrania, Georgia y otros países de Europa del Este y seguir promoviendo la integración euroatlántica de los Balcanes Occidentales a través de una política “de puertas abiertas”.
– Crear una Asociación estratégica OTAN-UE integral y cada vez más importante para la gestión de las relaciones transatlánticas. Por lo tanto, la OTAN y la UE deben superar las barreras actuales para fomentar una asociación más sustancial y mutuamente beneficiosa y reforzar la cooperación práctica.
– Promover asociaciones estratégicas más amplias: la OTAN también debe crear una red mundial de asociaciones estratégicas e instituciones. De hecho, en la búsqueda de seguridad globalizada, la OTAN necesita forjar una política más funcional, a través de asociaciones civiles y militares en todo el mundo y la creación de consejos consultivos con estados tales como Australia, China, India, Japón y Corea del Sur.
– Profundizar las relaciones mutuas entre las industrias y el sector de defensa con el objetivo de obtener una mejor comprensión del impacto de las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y la minería de datos, junto con sus aplicaciones.
– Crear un Centro de Excelencia para Inteligencia Artificial en el marco de una estrategia integral – guerra híbrida, ciberguerra, antiterrorismo e hiper guerra – para enfrentar las amenazas cibernéticas y los ataques informáticos con rapidez de decisión. Con ese fin, la OTAN debería crear una agencia similar a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos, cuya misión es invertir en tecnologías innovadoras para la seguridad nacional.
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Foto: OTAN y Parlamento Europeo (Pixabay CCo);
cortesía de GLOBSEC
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