La propuesta del primer ministro Igor Matovič (OĽaNO) de adoptar el llamado “lockdown”, el cierre total en toda Eslovaquia, ha desencadenado una lluvia de críticas en el mundo político y económico.
Matovič está convencido de que el cierre de todas las actividades innecessarias y la drástica reducción de la movilidad de los ciudadanos podrían ayudar a frenar la propagación de la infección por coronavirus y reanudar la actividad económica lo antes posible.
La idea de cerrar todo durante dos o tres semanas no es compartida dentro de la coalición gobernante. Tanto los liberales de SaS como el partido Za ľudí están en contra.
Richard Sulík, presidente de SaS y viceprimer ministro de Economía, califica la propuesta como un experimento que dañará gravemente la economía del país.
Veronika Remišová (Za ľudí), viceprimera ministra de Inversión e Informatización, cree que el cierre total tendrá un impacto negativo en la situación económica y el estado de ánimo de la gente. Además, no hay garantía de que no se desarrollen nuevos brotes epidémicos después del lockdown. En su opinión, es necesario aumentar significativamente el número de pruebas, rastrear los contactos personales de los pacientes y garantizar que las personas con síntomas leves puedan permanecer aisladas fuera de sus hogares para no infectar a sus familiares.
Matovič ha pedido a la oposición que no obstaculice la acción del gobierno, pero el ex primer ministro y actual vicepresidente del Parlamento, Peter Pellegrini (Smer-SD), ha criticado severamente la adopción de una medida tan drástica. En su opinión, la idea de “apagar el país” presenta varios riesgos: podría ayudar a reducir la propagación del virus solo de manera temporal. Cuando las medidas restrictivas ya no estén vigentes, el virus se propagará nuevamente. Además, no podemos «aislar a Eslovaquia del resto del mundo». Dicha medida no cuenta con un respaldo científico suficiente y tendría un impacto desastroso en la economía, que ya se ha visto severamente afectada por las consecuencias globales de la pandemia.
Pellegrini considera la idea de Matovič como «un experimento de ingeniería social» que podría tener consecuencias impredecibles en la población, provocando pánico y llevando a la pérdida de confianza en el Estado. El primer ministro debe asumir la responsabilidad del país y garantizar que se respeten las medidas tomadas hasta el momento, sin «juegos de marketing» o encuestas. No se puede dejar que los ciudadanos asuman la responsabilidad de decidir sobre un tema tan serio, añadió Pellegrini.
Incluso los representantes del mundo empresarial rechazan la propuesta de Matovič.
La Federación de Asociaciones de Empleadores (AZZZ) ha expresado preocupación por la estabilidad de la economía eslovaca. La solución del cierre total, además de no garantizar el fin de la epidemia, no tiene sentido si no es adoptada por todos los países europeos; no es una forma viable en un contexto económico globalizado. AZZZ le pide al Gobierno que cree una unidad de crisis económica para discutir las propuestas relacionadas con los distintos sectores económicos nacionales.
Klub 500, la asociación que reúne a empresas con más de quinientos trabajadores, también insta al primer ministro a no presentar propuestas que pueden ser perjudiciales para el país y minar la confianza de los inversores, tal como dijo el presidente de Klub 500, Vladimír Soták.
James Bruno, presidente de la acería U.S. Steel Košice, uno de los empleadores más importantes de Eslovaquia, cree que el lockdown tendría consecuencias devastadoras para la industria y llevaría al cierre de muchas empresas y la pérdida de empleos. Las empresas están trabajando en una situación de emergencia, y este no es el momento adecuado para medidas arriesgadas, dijo Bruno, quien se ha declarado disponible para un diálogo constructivo a través de la Unión Republicana de Empleadores (RÚZ) y otras asociaciones de empleadores.
¿Cuál es la opinión de los científicos sobre la hipótesis de cierre total?
¿Es realista pensar que podemos introducir en Eslovaquia las medidas draconianas adoptadas en China? Los infectólogos son escépticos. Pavol Jarčuška, vicepresidente de la Sociedad Eslovaca de Enfermedades Infecciosas, cree que el cierre completo no podría detener la propagación del coronavirus, porque todos los países europeos deberían adoptar la misma medida. Cuando se vuelva a abrir las fronteras, el virus podría propagarse nuevamente, favorecido por la libre circulación de las personas.
Las medidas más estrictas deben mantenerse durante al menos 30 días, argumenta la epidemióloga Zuzana Krištúfková, directora del Departamento de Epidemiología de la Universidad Médica Eslovaca, porque los pacientes que mueren han sido infectados hace aproximadamente un mes. Una decisión tan seria solo puede tomarse después de un análisis cuidadoso por parte de los expertos, agregó.
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Foto: OBYČAJNÍ ĽUDIA a nezávislé osobnosti (Fb)
Pixabay CC0
Ministerstvo zdravotníctva Slovenskej republiky (Fb)
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