Los alcaldes de las capitales del V4 firmaron el «Pacto de Ciudades Libres»

El 16 de diciembre los alcaldes progresistas de las cuatro capitales de los países del Grupo de Visegrado firmaron en Budapest una declaración conjunta para lanzar un potente mensaje frente a la retórica ultranacionalista y populista, la xenofobia y el antieuropeísmo, y estrechar lazos con la Unión Europea.
El documento «Pacto de Ciudades Libres» fue firmado por los alcaldes Matúš Vallo de Bratislava, Gergely Karácsony de Budapest, Zdeněk Hřib de Praga y Rafal Trzaskowski de Varsovia. La ceremonia oficial se celebró en el antiguo campus de la Universidad Centroeuropea de Budapest.
El alcalde de la capital húngara considera esta alianza como «un nuevo capítulo», una alternativa abierta, verde y cosmopolita que permite «proteger lo bueno que hay en la pertenencia europea», en un momento en el que los gobiernos de los cuatro países del V4 difieren con las instituciones de la UE en temas como la inmigración, la justicia, la corrupción o el cambio climático.
La región de Visegrado tiene la mayor concentración de diversidad, social, religiosa, política, étnica y nacional, pero de alguna manera, «se está cerrando a la influencia del mundo occidental libre», dijo el alcalde de Bratislava, Matúš Vallo.
“Vivir en estas ciudades, más que en cualquier otro lugar, requiere tolerancia y apertura”, agregó.

La declaración estipula el compromiso común de promover «la libertad, la dignidad humana, la democracia, la igualdad, el Estado de derecho, la justicia social, la tolerancia y la diversidad cultural».
«Nos comprometemos por este medio a apoyar y abogar juntos ante instituciones, agencias y encargados de la toma de decisiones de la UE en relación con posibles programas urbanos de la UE que ofrezcan más financiamiento directo para las ciudades europeas», indicaron los signatarios en el documento.
Los alcaldes también se comprometieron a «coordinar esfuerzos para defender soluciones a la medida para las ciudades en las políticas europeas, especialmente en la política de cohesión, las políticas europeas de empleo, medio ambiente, clima, energía, transporte y economía, así como durante la construcción legislativa del Pilar Europeo de Derechos Sociales».
Además, los representantes de las cuatro capitales prometieron compartir sus «mejores prácticas en gestión urbana inteligente, basada en evidencias y socialmente consciente, especialmente en los ámbitos de planificación urbana sostenible, protección climática, inclusión social, vivienda, transporte, agenda digital y cualquier otro ámbito de mutuo interés».

Los líderes de las capitales del V4 son independientes o pertenecen a los partidos de oposición y comparten la misma orientación politica. Por eso, decidieron unir sus fuerzas frente al populismo, que a decir del alcalde de Praga representa “una respuesta errónea y simplista a los problemas”.
«Nuestras ciudades son como islas en un entorno político caracterizado por una centralización del poder», dijo Karácsony. El nuevo alcalde de centro-izquierda de Budapest desde su elección en octubre es un fuerte opositor del primer ministro nacionalista Viktor Orbán.
El alcalde de Praga, Zdeněk Hřib, afiliado al Partido Pirata, mantiene una postura muy crítica hacia el poder del primer ministro Andrej Babiš.
El alcalde centrista de Varsovia, Rafal Trzaskowski, quien ganó las elecciones en 2018 frente a un candidato conservador nacionalista, es igualmente una figura emblemática de la oposición, conocida por sus políticas inclusivas y la declaración a favor de los derechos del colectivo LGTB.
Matuš Vallo, el alcalde progresista y liberal de Bratislava, pertenece a la militancia local y no tiene afiliación partidaria.

El “Pacto de Ciudades Libres” muestra un rostro más social, más verde y liberal, y envía una clara señal a la Unión Europea: las ciudades deben poder recibir recursos directamente de la UE sin depender por completo de los Gobiernos nacionales. Según ha explicado Karácsony, las cuatro capitales intentarán “convencer a la UE de que tiene sentido hacer llegar más fondos directamente a los ayuntamientos”, ya que una gran parte del dinero comunitario en realidad “llega a oligarcas cercanos al poder”, en alusión a los recientes escándalos de corrupción en Hungría y República Checa.
En opinión del alcalde de Praga, Zdeněk Hřib, “las ciudades son motores de crecimiento. Los gobiernos que quitan dinero a las ciudades por razones políticas perjudican a toda la región». Karácsony está convencido de que “las ciudades pueden hacer milagros para enfrentar el cambio climático y promover la innovación” y pueden ser “cabezas de playa desde las cuales podemos comenzar a revertir las señales que apuntan a una crisis de democracia».
«La idea principal del pacto entre Varsovia, Budapest, Praga y Bratislava es la cooperación y el intercambio de experiencias», dijo Matúš Vallo. «Son ciudades muy cercanas no solo geográficamente, tienen una historia común: 40 años de gobierno totalitario y la adhesión a la comunidad de países democráticos. Compartimos una experiencia similar de desarrollo acelerado con todas sus consecuencias indeseables.”
Por eso, el Pacto puede considerarse como una alianza cultural y política, bajo el lema “Piensa globalmente, actúa localmente”.

Según los analistas, la iniciativa de las capitales del Grupo de Visegrado podría ayudar a cambiar la imagen de los cuatro países de Europa central, pero también podría ampliar la brecha urbano-rural en los Estados miembros.

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Foto: Karácsony Gergely (Fb)

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