El jueves 17 de noviembre se entregaron los premios «Biela Vrana» («Cuervo Blanco») al coraje cívico y la defensa del bien público, en presencia de la presidenta Zuzana Čaputová.
En esta 15ª edición del evento, organizado por las asociaciones civiles Aliancia Fair-play, VIA IURIS y Bystriny, se decidió premiar tres historias que muestran cómo cada uno de nosotros podemos enfrentar los retos de la historia. Las historias comparten el lema de este año: «Perseverancia en los momentos históricos y la fuerza para encontrar lo mejor de uno mismo».
Un premio se entregó a Roman Samotný, propietario del bar LGBT+ de Bratislava frente al cual un joven extremista mató a dos personas el pasado mes de octubre.
Tal y como subrayó la Jefa de Estado, Samotný ha creado en su café Tepláreň un espacio seguro y acogedor para las personas queer, cuya identidad de género y sexual diferente a la heterosexual y cisgénero. Tras el atentado se convirtió en uno de los más importantes voceros de esta comunidad y de la lucha por el reconocimiento de su igualdad social.
Martina Paulíková, activista ambiental y coordinadora de la asociación cívica Slatinka, recibió el premio «Cuervo Blanco» por su lucha contra la construcción de un embalse que inundaría el pueblo de Slatinka y destruiría hábitats naturales raros. Después de casi 30 años de luchas cívicas, la asociación ha logrado una importante victoria: el Gobierno ha aprobado un documento que clasifica esta zona como área protegida de importancia europea y, por lo tanto, prohíbe las obras de construcción.
Por primera vez, el comité de evaluación, compuesto por personas activas en la vida social y civil, ha decidido otorgar un premio simbólico «Cuervo Blanco» a todos aquellos que han ayudado a Ucrania durante el conflicto militar tratando de alguna manera de mitigar las consecuencias de los horrores de la guerra sobre la población civil.
Durante la ceremonia de premiación, la presidenta Čaputová dijo que las personas galardonadas actuaron más allá de su deber y demostraron heroísmo personal y gran humanidad. Su ejemplo debe servir para escribir juntos la historia de nuestra sociedad, la historia de una generación que demostrará su capacidad para proteger la democracia y salir de las crisis. Čaputová llamó a unir “todo lo que es saludable y decente en esta sociedad” para “ser una fuerza que pueda vencer el odio”.
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Foto: Ctibor Bachratý, Biela Vrana Fb
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