Tras la entrada de Eslovaquia en la eurozona, el 1 de enero de 2009, los precios de bienes y servicios aumentaron un 17,9%, según datos de Eurostat.
El aumento más significativo se registró en el bienio 2011-2012, mientras que entre 2014 y 2016 los precios disminuyeron.
En los últimos 10 años, los precios aumentaron especialmente en el sector de la educación (+46,8%), según señala la analista Eva Sadovská de la compañía de inversión WOOD & Company.
Los precios de las bebidas alcohólicas y los productos de tabaco crecieron un 41%. Otros sectores caracterizados por fuertes incrementos son la sanidad (+37,5%) y el sector hotelero y de restauración (+ 32,6%).
Los alimentos y las bebidas no alcohólicas también cuestan un 20,8% más que en 2009.
Por el contrario, el sector del mueble registró una caída de los precios del 2%.
En diciembre de 2019, Eurostat publicó un análisis comparativo de los niveles de precios de más de 2.000 bienes y servicios de consumo dentro de la Unión Europea. El estudio compara los precios en 37 países con la media de la UE utilizando la paridad de poder adquisitivo (PPA), es decir, la relación entre los precios de los mismos bienes o servicios y las monedas locales en diferentes países.
El análisis se llevó a cabo en los 28 Estados miembros de la UE, tres países de la EFTA (Islandia, Noruega y Suiza), cinco países candidatos (Albania, Montenegro, Macedonia del Norte, Serbia y Turquía) y Bosnia y Herzegovina, potencial país candidato.
En 2018, los niveles de precios de los bienes y servicios diferían ampliamente en Europa. El nivel de precios más alto entre los Estados miembros en comparación con la media de la UE (+37%) se observó en Dinamarca, mientras que Bulgaria registró un nivel de precios 50% más bajo que la media de la UE.
Eslovaquia ocupa el puesto 20 en el estudio estadístico de Eurostat, con precios por debajo de la media de la UE del 23%. El país tiene los precios más altos dentro del Grupo Visegrad: en comparación con la media de la UE, de hecho, los precios son más bajos en la República Checa (29%), Hungría (37%) y Polonia (42%).
El sector de la ropa registró el aumento más significativo en 2018, con precios un 4% más altos que la media de la UE. En los demás sectores examinados, están por debajo de la media de la UE los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas (6,3%), el tabaco y las bebidas alcohólicas (24,6%) y el calzado (4,6%).
La creación del mercado común en 1992 y la adopción del euro en 2002 tenían un objetivo ambicioso a largo plazo: reducir la disparidad de precios entre los distintos países de la Unión Europea gracias al libre tránsito de personas y mercancías y el utilizo de una misma divisa.
Sin embargo, esta ambición se ha quedado a medio camino, ya que, según indica el último estudio de Eurostat, las diferencias en términos de precios persisten y no ha desaparecido la antigua distinción entre país barato y país caro. Pese al crecimiento económico sostenido en los últimos años, Eslovaquia sigue siendo más conveniente, mientras que los países de Europa del Este destacan como los más baratos en el Vejo Continente.
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Foto: Miti (CC0)
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