El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell, ha mantenido el 18 de septiembre una reunión con los alcaldes de los siete municipios que conforman el Campo de Gibraltar. En la reunión también han estado presentes representantes del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, la Junta de Andalucía, la Delegación del Gobierno en Andalucía, la Diputación Provincial de Cádiz y la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar.
El objetivo de la reunión ha sido poder trasladar a los máximos responsables de los municipios del Campo de Gibraltar la situación en la que se encuentran las negociaciones sobre el Brexit entabladas entre la Comisión Europea y el Reino Unido, así como las implicaciones de las mismas para Gibraltar y su entorno tras las reuniones de carácter técnico que están en marcha entre España y Reino Unido.
Josep Borrell ha subrayado el compromiso del Gobierno para defender, ante todo, los intereses y derechos de los ciudadanos y, en particular, de los trabajadores transfronterizos. Con esta negociación, el Gobierno también persigue paliar los desequilibrios socioeconómicos existentes en la actualidad entre Gibraltar y la comarca del Campo, un territorio que necesita un tratamiento singular adecuado a su singularidad.
“El Peñon”: las relaciones con España y las consecuencias del Brexit
Gibraltar es una pequeña ciudad con una población de unos 33 mil habitantes, casi todos de habla inglesa. Tiene solo una frontera terrestre, con España, que alcanza unos pocos metros de ancho. Cada día pasan por aquí más de 8.000 trabajadores transfronterizos provenientes de la ciudad de La Línea de la Concepción, ubicada en el interior, el llamado «Campo de Gibraltar», una de las regiones más pobres de España.
En 1969, el dictador Francisco Franco decidió cerrar la frontera de La Línea y, durante más de 10 años, Gibraltar sólo fue accesible por barco o avión, recibiendo bienes esenciales del Reino Unido.
La gran recuperación económica de Gibraltar se produjo después del fin del bloqueo y la entrada de España en la Unión Europea. Una de las principales fuentes de ingresos es el juego: numerosos casinos en línea y sitios de apuestas se han abierto gracias a leyes locales bastante permisivas. El régimen aduanero especial del que goza Gibraltar permitió la transformación del pequeño puerto en una importante estación de intercambio.
Gibraltar disfruta de un régimen especial dentro de la Unión Europea y el Peñón es, de hecho, un pequeño territorio off shore, donde las 30.000 empresas presentes (según las autoridades fiscales españolas) pagan impuestos corporativos del 10% frente al 30% de las sociedades operantes en España.
El 90 por ciento de los negocios de Gibraltar en el ámbito financiero tienen como mercado al Reino Unido. Los habitantes del Peñón se sienten orgullosamente británicos, tanto que el 98,48 por ciento de ellos rechazaron la propuesta de una soberanía compartida entre España y el Reino Unido presentada en el referéndum de 2002.
Nuevas tensiones entre Gibraltar y España se produjeron en 2013 debido a una serie de problemas relacionados con los derechos de pesca: las autoridades locales cerraron el acceso al puerto a los barcos de pesca españoles y Madrid respondió aumentando los controles en la frontera de La Línea.
Los habitantes temen que con el Brexit la frontera pueda convertirse nuevamente en un «hard border«, con controles, largas colas y dificultades de acceso que podrían tener repercusiones negativas en la economía. De hecho, pasan la frontera miles de trabajadores, bienes y mercancías, y ciudadanos ingleses que tienen propiedades en el sur de España. Cabe destacar que la colonia británica representa un “motor económico” aportando la cuarta parte del PIB del Campo de Gibraltar.
El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, se ha mostrado bastante optimista ante las consecuencias del Brexit y ha expresado su compromiso con la fluidez fronteriza, para desarrollar “un Gibraltar global, británico y próspero que mire fuera de la Unión Europea, y que además viva en paz con sus vecinos», aseverando que la soberanía del Peñón «no está en juego”. Igualmente el Ministro Borrell ha afirmado que en la actualidad el tema de la rivendicación de la soberanía no es objeto de las negociaciones con el Reino Unido, puesto que las condiciones socioeconómicas del Campo de Gibraltar representan una cuestión de primera importancia y requieren soluciones urgentes. Borrell ha calificado la zona como “una planicie en subdesarrollo”, con serios problemas de tráfico de drogas, de contrabando y de inestabilidad social.
Sobre las relaciones con España, Picardo ha afirmado que «es hora de trabajar para proporcionar soluciones que funcionen para los trabajadores que cruzan las fronteras, los turistas que generan un gran número de sus empleos y los escolares» y así asegurar libertad de movimientos transfronterizos.
Gibraltar desea un “Brexit blando” que no afecte a su economía, mientras que España busca salvaguardar los intereses de los trabajadores españoles que cada día cruzan el paso fronterizo. Por eso, la Junta andaluza y el Gobierno gibraltareño colaborarán en los sectores de la sanidad, pesca, cultura, turismo y deporte, a través de un plan estratégico y reuniones bilaterales que tendrán lugar con frecuente periodicidad.
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Foto:
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Fabian Picardo (Twitter)
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