Después de solo tres semanas el Ministro del Interior Tomáš Drucker ha anunciado su renuncia, debido probablemente a un conjunto de factores: su estado de salud, las sospechas sobre la compra de tierras cerca de Trnava realizada por su esposa y, sobre todo, las fuertes presiones recibidas.
El presidente de la Republica Andrej Kiska, la oposición y los manifestantes reunidos bajo el lema “Defendamos una Eslovaquia decente” siguen pidiendo el despido del jefe de la policía Tibor Gašpar. Sin embargo, el ministro considera que obligar a Gašpar a dejar su puesto no sería correcto ni justo.
Por su parte, el primer ministro Peter Pellegrini defiende la labor del funcionario, ya que las estadísticas delictivas muestran que Eslovaquia «es uno de los países más seguros del mundo gracias al trabajo de la fuerza policial».
Ciertamente, la fuerte división en la sociedad eslovaca sería razón suficiente para convencer al jefe de policía de la oportunidad de renunciar, pero esta debería ser su propia decisión, dijo Drucker.
El Ministro del Interior ha declarado que no se siente capaz de llevar a cabo la tarea de «pacificador de la sociedad». Es por eso que dejará su carrera política y regresará a la vida privada.
Gašpar está en el centro de fuertes críticas como una figura clave en el entorno del ex ministro del Interior Robert Kalinak, involucrado en varios escándalos graves por supuestos vínculos con empresarios responsables de fraude fiscal.
El periodista asesinado Ján Kuciak estaba investigando también sobre Gašpar y su relación con poderosos oligarcas locales. Esta es la razón por la cual una buena parte de la opinión pública cree que la investigación del brutal asesinato podrá llevarse a cabo de manera transparente solo después del nombramiento de un nuevo jefe de policía.
Esto es lo que más de 30.000 manifestantes pidieron durante la nueva protesta «Defendamos una Eslovaquia decente» que tuvo lugar en Bratislava el domingo 15 de abril.
En el palco instalado en la plaza que fue el símbolo de la Revolución de Terciopelo, numerosos oradores declararon que el despido del jefe de policía Tibor Gašpar y del fiscal especial Dušan Kováčik es un paso esencial para restaurar la plena confianza de los ciudadanos en las instituciones estatales. Durante demasiado tiempo se han ignorado los casos más flagrantes y escandalosos de corrupción en los palacios del poder y se ha hecho bien poco para erradicar el crimen organizado, como lo demuestra la reciente fuga del jefe de la mafia del este de Eslovaquia, Róbert Okoličány, condenado a cadena perpetua.
Los manifestantes pidieron la independencia del cuerpo de inspectores de policía, el sistema de selección de los oficiales superiores de policía y la fiscalía especial.
En este sentido, la Comisión parlamentaria de defensa y seguridad examinará la propuesta para reducir las funciones del Ministro del Interior e introducir nuevas reglas de selección del presidente del Cuerpo de Policía, cuya entrada en vigor está prevista para octubre.
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Foto:EU2016 SK CC0
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