Mirar los tejados, los campanarios de las iglesias, abrazar con los ojos las suaves colinas de los Pequeños Cárpatos y luego perderse en el agua y las orillas del Danubio…
Bratislava vista desde arriba, desde la colina del castillo o el monumento de Slavín o la terraza panorámica del famoso UFO, uno de los símbolos de la moderna capital de Eslovaquia. Estas son experiencias que cada visitante ha tenido en su recorrido por la ciudad.
Pero hasta finales de septiembre hay una nueva forma de admirar el panorama que abarca desde el centro histórico hasta las orillas del río y el distrito de Petržalka: la rueda de la fortuna “Bratislava Zhora”.
Inspirada en el Millennium Wheel, el llamado «London Eye» que alcanza los 135 metros de altura en el Támesis, la nueva atracción de la capital eslovaca ofrece una experiencia… en «miniatura», que lleva a los visitantes hasta la altura más modesta de 30 metros.
La rueda de la fortuna, construida en la orilla del Danubio en el corazón del centro histórico, cerca de la Galería Nacional Eslovaca y la sala de conciertos Reduta, se enmarca en el festival cultural “Leto na Nábreží”. Antes de autorizar la realización del proyecto, el Ayuntamiento de Staré Mesto lanzó una encuesta en línea pidiendo a los ciudadanos una opinión sobre la iniciativa. El 63% de los entrevistados dio la bienvenida a la nueva atracción, que hace que la atmósfera veraniega de la ciudad sea más atractiva… y también permitirá al Ayuntamiento recaudar algunos ingresos que se utilizarán para la construcción de nuevas áreas verdes.
El billete para acceder a una de las 21 cabinas de la rueda “Bratislava Zhora” cuesta 6,50 euros (gratis para los niños) y ofrece la posibilidad de hacer dos o tres vueltas en cinco minutos, a una velocidad de aproximadamente 3 kilómetros por hora.
La rueda permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre de 8:00 a 20:00, pero el horario podrá extenderse hasta las 22 en caso de gran interés de los visitantes. Cuatro personas pueden acceder a cada cabina. Se recomienda el uso de la mascarilla protectora.
A aquellos que afirman que la rueda quita parte de la vista de la ciudad, el Ayuntamiento responde que la construcción, hecha de metal blanco, es sutil, elegante y «fotogénica». En definitiva, un elemento arquitectónico nuevo e inusual que durante el verano cambiará agradablemente el horizonte de la capital.
Pero no todos están de acuerdo, y en las redes sociales hay personas que han criticado este tipo de estructura diciendo que altera la fisionomía urbana del centro histórico, como la pirámide del Louvre o la poderosa estructura de la Torre Eiffel, ese «clavo, faro o candelabro” que los artistas parisinos a finales del siglo XIX etiquetaron como “el deshonor” de la ciudad…
¿Bratislava como París?! ¿Vosotros qué opináis?
Foto: cestujemespolu.com y Fb
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