Moody’s confirma la calificación A2 de Eslovaquia, pero rebaja la perspectiva

La agencia Moody’s Investors Service ha confirmado la calificación A2 de Eslovaquia, pero ha rebajado la perspectiva del rating desde “positiva” hasta “estable”.
El país no ha introducido mejoras sustanciales para fortalecer sus instituciones, ha modificado parcialmente las reformas de pensiones, causando un deterioro de la sostenibilidad fiscal a largo plazo y no ha dedicado esfuerzos suficientes para reducir la deuda pública y resolver algunas debilidades estructurales: entre ellas, el sistema educativo y la corrupción.
A estos factores se suma la desaceleración del crecimiento económico, que es la consecuencia de una recesión a nivel mundial que podría afectar gravemente a Eslovaquia. El alto grado de apertura económica y el nivel relativamente alto de concentración de productos y destinos de exportación «deja a la economía eslovaca vulnerable a los cambios en el entorno externo», señala el informe de Moody’s.
La agencia subraya el retraso de Eslovaquia, en comparación con otros países que han obtenido el mismo puntaje, en la adopción de medidas contra la corrupción y para el fortalecimiento del Estado de derecho.
Además, existen numerosas «irregularidades fraudulentas y no fraudulentas» en los pagos de fondos de la UE, que en el período 2014-2018 han afectado al 19,3% del total de fondos, frente a un promedio del 2% en toda la UE. Según Moody’s, esto limita la posibilidad de utilizar los fondos de la UE como un catalizador eficaz para el crecimiento, por ejemplo, en áreas como la investigación y la innovación.
Los analistas de Moody’s podrían asignar una perspectiva “positiva” a la calificación A2 de Eslovaquia y también subirla a A1 si el país logrará un «progreso significativo» en la resolución de las debilidades estructurales del sistema educativo y el entorno institucional.
Mayores esfuerzos para abordar los problemas relacionados con la corrupción, el Estado de derecho y la reducción del déficit público también tendrían un impacto positivo en la productividad económica y el crecimiento potencial, concluye el informe de Moody’s.