Según el pronóstico macroeconómico publicado a finales de marzo por el Banco Nacional Eslovaco (NBS), la recuperación económica se producirá más tarde de lo esperado.
Este año el PIB debería crecer un 5%, en lugar de 5,6%, debido a la prolongada segunda ola de la pandemia y las estrictas medidas restrictivas adoptadas tardíamente por el Gobierno.
Sin embargo, las perspectivas generales no cambian y el país podría alcanzar niveles prepandémicos durante la segunda mitad del año. El primer trimestre de 2021 aún se caracterizó por algunas dificultades en la demanda interna. La falta de materias primas y componentes y los problemas de transporte también han complicado el funcionamiento de las cadenas mundiales de oferta y demanda. Sin embargo, las exportaciones deberían mantener una tendencia positiva en los próximos meses gracias al buen desempeño del comercio mundial.
El gobernador de NBS, Peter Kažimír, al presentar el documento destacó que hoy hay menos incertidumbres sobre la economía que el año pasado y que las medidas restrictivas están comenzando a tener un impacto menos negativo en la economía nacional que en 2020.
La clave para un retorno rápido y regular a los niveles anteriores a la crisis depende del éxito de la campaña de vacunación y del logro de la inmunización de la mayoría de la población para el próximo otoño.
Con la mejora de la situación epidemiológica y la consiguiente flexibilización de las medidas antipandémicas, se producirá una recuperación paulatina del consumo privado y la inversión empresarial, respaldada por las favorables condiciones de financiación que ofrecen los bancos y el uso público de los fondos de la UE y de los recursos del Plan de Recuperación.
Esto permitirá recuperar el retraso y consolidar la recuperación económica, con una previsión de crecimiento del PIB del 3,7% en 2023. En particular, los ahorros acumulados por los hogares durante la pandemia se pueden gastar en aquellos sectores que más han sufrido las consecuencias de la crisis, como el turismo, la hostelería y la restauración.
La industria está trabajando a toda velocidad, a pesar de los problemas relacionados con el suministro de materias primas y componentes y el transporte internacional, y existe un gran interés en la producción eslovaca por parte de los mercados mundiales.
Sin embargo, los analistas del NBS advierten que persisten algunas incertidumbres y factores de riesgo, vinculados a la llegada de nuevas variantes del virus y al fracaso en el objetivo de lograr la vacunación masiva (al menos el 60% de la población). En este caso, la economía podría crecer menos de lo esperado, alrededor del 3%.
El mercado laboral ha mostrado cierta resiliencia gracias también a las medidas de apoyo adoptadas por el Gobierno, que sin embargo resultaron ser las menos eficaces dentro de la UE. Eslovaquia, de hecho, gastó la mitad de los fondos en comparación con la media de los demás Estados miembros.
Más de 50.000 personas perdieron su empleo debido a la pandemia en 2020 y se prevé que otras 10.000 personas se quedarán sin trabajo este año. La tendencia debería revertirse a finales de año, con una mejora probablemente más marcada a principios de 2022.
Con el aumento gradual de la productividad laboral, también se espera que los salarios aumenten, en aproximadamente un 5% tanto este año como en los próximos años, según estimaciones de NBS.
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Foto: Národná banka Slovenska
EU Council Eurozone (CC BY-NC-SA 2.0)
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