NBS: la inflación en 2023 será más baja de lo esperado

En su último informe sobre la evolución económica de Eslovaquia, el Banco Nacional redujo su previsión de inflación para 2023, tras las medidas adoptadas por el Gobierno frente al aumento de los precios de la energía.

El próximo año, se espera que la inflación caiga del 12,2% actual al 10%, en lugar de subir al 18,3% como se esperaba en otoño.
La alta inflación y la caída de los ingresos reales llevarán a los hogares a reducir el gasto al final del año y aumentar, en cambio, la tendencia al ahorro.

Los analistas argumentan que no hay riesgo de una recesión más profunda de la economía eslovaca y pérdidas drásticas de puestos de trabajo.
Se espera que el PIB alcance el 1,5% este año (y no el 1,8% esperado en septiembre) y el 1,6% en 2023, con una caída menos pronunciada que el 1% de las previsiones anteriores.

Se prevé que la deuda pública se acerque al 60% del PIB en los próximos años, según previsiones que tienen en cuenta medidas limitadas contra la inflación y la crisis energética en 2024 o incluso ninguna en 2025.
Hay varias soluciones posibles, que dependerán del momento y el volumen de las medidas compensatorias que decida el Gobierno, pero los analistas del NBS advierten que tales medidas provocarán grandes déficits en el presupuesto estatal.

El próximo año, la economía eslovaca debería recibir un importante impulso positivo de los fondos de la UE, que utilizados de forma eficaz, junto con la recuperación de la economía mundial, podrían amortiguar los efectos negativos de la inflación y las medidas fiscales para la consolidación de las cuentas públicas.

Se espera la recuperación global de la economía eslovaca en 2024 y 2025, con un aumento de la demanda interna y la estabilización del mercado laboral. Sin embargo, persisten grandes riesgos, dada la guerra prolongada en Ucrania y el desarrollo aún poco claro de los precios regulados de la energía. Si la tendencia alcista de los precios continúa en los años siguientes, la consecuencia inevitable será un período más largo de alta inflación. Esta situación podría traducirse en una pérdida de competitividad de la economía eslovaca y una diferencia aún más pronunciada en el nivel de vida en comparación con otros países de la UE. De hecho, un alto nivel de inflación, impulsado principalmente por los precios de los alimentos y la energía, tendría un fuerte impacto en los hogares de bajos ingresos.

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Foto: NBS

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